La ponencia “Iniciativas clave para acelerar la transformación de la economía española” organizada por el Cercle d’Economía hace un llamamiento a los actores políticos y económicos para unir esfuerzos y aplicar los cambios estructurales “de calado” que la economía española necesita para no quedarse atrás
Texto: Adrià Gratacós Torras
La luz verde de la Comisión Europea al Plan de Recuperación de España desencalla, de una vez por todas, la llegada de fondos europeos para fomentar la recuperación económica y social del país. Una llegada de fondos europeos que se erige como una oportunidad única para transformar y modernizar la economía de España. La incertidumbre todavía existente de cómo aprovecharán las administraciones públicas esta bombona de oxígeno ha centrado el debate en la Reunión del Cercle d’Economía 2021. Una reunión que contó ayer con una ponencia exclusiva para reflexionar sobre la transformación económica del país. Bajo el título “Iniciativas clave para acelerar la transformación de la economía española”, el debate estuvo protagonizado por el presidente de PIMEC, Antoni Cañete; el exconseller de economía de la Generalitat de Catalunya i presidente del BIST, Andreu Mas-Colell; el presidente de Agbar, Àngel Simón; y la CEO de Ciberseguridad & Cloud de Telefónica, María Jesús Almazor.
La transformación digital y la apuesta por una economía circular marcan el camino a seguir para transformar el tejido empresarial español. Pero los ponentes se esforzaron en remarcar que de poco servirá repartir los fondos europeos entre el tejido empresarial del país si no se hace de forma estratégica. Prácticamente por unanimidad, el debate concluyó que es necesario que los fondos europeos se utilicen para generar “cambios estructurales” en la economía del país. “Si no aprovechamos estos recursos y los destinamos a inversión, habremos perdido uno de los últimos trenes para transformar la economía de España”, aseguraba el presidente de PIMEC, Antoni Cañete, durante su intervención.
Cañete, que se congratulaba que “por primera vez” haya una intervención de la representación de las pequeñas y medianas empresas en las jornadas del Cercle d’Economía, catalogó los fondos europeos como “una palanca de cambio” de la que “todavía sabemos poco”.
“Si no aprovechamos estos recursos y los destinamos a inversión, habremos perdido uno de los últimos trenes para transformar la economía de España”
El exconseller de economía de la Generalitat de Catalunya y presidente del BIST, Andreu Mas-Colell, coincidía con la capacidad de impulso que pueden tener los fondos europeos. “La UE ha aprovechado magistralmente la crisis de la Covid-19: resolver la financiación del European Green Deal, y resolver el problema de financiación de Next Generation con emisión de deuda europea”, aseguró el exconseller. Sin embargo, Mas-Colell advertía de la necesidad de invertir estos fondos con criterio. “Europa no nos impone que estos fondos sirvan para transformar sectores claves como el de la salud”, aseguraba. Y utilizarlos para digitalizar el tejido empresarial y virar hacia la economía circular puede ser la última gran oportunidad de España para no quedar atrás en Europa.
Iniciar cuanto antes una transición económica que no deje a nadie atrás
Los estragos de la pandemia en las economías occidentales, junto con la apuesta de la Unión Europea para invertir los recursos necesarios para transformar la economía dibujan un escenario certero de transformación. Una transformación que requerirá de un proceso que los ponentes del Cercle d’Economia coinciden en que planeta oportunidades y riesgos. “Las transiciones dejan a mucha gente atrás si no se realizan de una manera adecuada”, aseguró el presidente de Agbar, Àngel Simón. Una transición que deberá contar, sí o sí, con una transformación energética. “Antes del 2050 tenemos que llegar a la neutralidad de carbono, y lo tenemos que conseguir sin que perjudique a los más desfavorecidos”, añadió.
“Antes del 2050 tenemos que llegar a la neutralidad de carbono, y lo tenemos que conseguir sin que perjudique a los más desfavorecidos”
Transformar sectores productivos estratégicos, apostar por la digitalización y la economía circular sin que el tejido empresarial más débil se quede por el camino. Se trata de una ambición compleja, pero imprescindible, que deberá contar con una colaboración estrecha entre el tejido empresarial (tanto el grande como el más pequeño), la sociedad y las administraciones. Una ambición que, según la CEO de Ciberseguridad & Cloud de Telefónica, María Jesús Almazor, no solo precisa de recursos, sino también de planes estratégicos.
Y en el centro de la ecuación para conseguir la transformación deseada se encuentran las pequeñas y medianas empresas del país. Cañete se esforzaba en recordar que las pymes “son el 99,8% de las empresas de nuestro país”. “Aportamos el 70% del empleo y más del 60% del PIB. Por lo tanto, el motor de nuestra economía son las pequeñas y medianas empresas”, añadía el presidente de PIMEC. La digitalización puede ser el motor de cambio para hacer más eficientes y competitivas las pymes del país, pero conseguirlo no va a ser fácil. “La digitalización de las pymes es la clave de nuestro país. Pero esto no solo implica introducir la tecnología en la pyme, sino también que se cuente con asesoramiento digital y crear procesos digitales más eficientes”, añadía Almazor.
La transformación digital podría aportar el 3% del PIB de España en los próximos cuatro años y haría incrementar un 20% la productividad de las pymes
La transformación digital podría aportar el 3% del PIB de España en los próximos cuatro años y haría incrementar un 20% la productividad de las pymes, según Almazor. Por otro lado, la apuesta por la economía circular, no es solo una opción, sino una obligación. De la capacidad de las administraciones y el tejido empresarial de saber identificar dónde y de qué forma invertir los fondos europeos marcará el futuro de la economía del país. Cañete resumía el debate de forma clarividente. “La pyme tiene que tomar dimensión. Queremos que la pequeña empresa sea mediana, y la mediana sea grande”. La confianza y la cooperación entre actores políticos y económicos será clave para ver si España consigue, en pleno siglo XXI, europeizar su economía.