Las pymes constituyen el 99,8% de las empresas existentes, aportan el 62,3% del valor añadido bruto descontando las administraciones públicas y representan el 69% del empleo, conforme al último Anuari de la pime catalana 2020 editado por Pimec.
José Ignacio Pradas Poveda. Director territorial de Comercio y de ICEX de Cataluña.
Sobre la base de este orden de magnitud, tradicionalmente se ha justificado la política industrial de apoyo a las pymes como prioritaria por tratarse de un factor limitativo del potencial de crecimiento de una economía, persiguiendo estimular la adquisición de dimensión de las empresas como factor de competitividad. Dentro de los distintos vectores de crecimiento, la internacionalización es uno natural a partir de ventajas competitivas propias de la empresa (tecnológicas), del entorno productivo local (logísticas) y del país (tipo de cambio), para el que la dimensión constituye un obstáculo que dificulta su capacidad competitiva, la identificación de oportunidades de negocio y su ulterior desarrollo por limitaciones de todo tipo: recursos humanos, financieros, información fiable, entre otros.
CARACTERÍSTICAS DE LA PYME EXPORTADORA
El punto de partida ideal para formular medidas de promoción internacional es la caracterización de las pymes exportadoras tomando en cuenta los datos de aquellas pymes exportadoras regulares (que son aquellas que han exportado en los últimos cuatro años de forma consistente). Una muestra muy representativa de las mismas es Cataluña, por ser el 25,6% la contribución de Cataluña al volumen total de exportaciones españolas (datos a abril de 2021).
Utilizando la herramienta analítica de negocio de comercio exterior de ICEX, se han identificado las empresas exportadoras ampliadas (es decir, las que exportan en partidas arancelarias adscritas a rúbricas más amplias que las propias de su Cnae), con el resultado de que existen unas 4.058 pymes exportadoras regulares ampliadas en Cataluña, en su mayor parte de sectores de bienes industriales, en contraste con la atomización de la estructura industrial de los sectores de alimentación y bebidas, y de bienes de consumo, pero cuyas pymes demuestran un fuerte dinamismo.
Por lo que se refiere a los servicios, que es la actividad económica predominante, es destacable que haya un número significativo de pymes (siempre insuficiente) embarcadas en procesos de internacionalización de forma sistemática.
En general, la propensión exportadora de las pymes exportadoras regulares ampliadas de Cataluña es de 29%, sin que se aprecian diferencias sectoriales significativas (ver tabla 1).
Sin embargo, profundizando en la segmentación de las pymes exportadoras regulares ampliadas catalanas (ERAC, de ahora en adelante) por tramos sí se aprecian diferencias significativas. Las microempresas ERAC de bienes industriales destacan por su elevada exportación per cápita en contraste con la muy baja de las microempresas ERAC de alimentación.
Conforme va creciendo la dimensión, la exportación media de las pymes ERAC varía en correlación directa, sin que se aprecien comportamientos sectoriales dispares (ver tabla 2).
Para apreciar el salto cualitativo que implica dejar de ser pyme para convertirse en gran empresa se ha calculado la exportación media de las empresas ERAC del tramo 250-499 trabajadores con el resultado muy remarcable de que se multiplica aproximadamente por cuatro la exportación en el sector de alimentación y por dos en los de bienes industriales.
EXPORTAR PARA CRECER Y CRECER PARA EXPORTAR
En conclusión, se comprueba que la dimensión es un factor significativo en el comportamiento exportador de las empresas en todos los sectores. Se aprecia que esa importancia es mayor en el caso de sectores más fragmentados como es el de alimentación y bebidas, por lo que deberían propiciarse instrumentos de agregación de esfuerzos promocionales comerciales (por ejemplo, consorcios de exportación en destino, plataformas logísticas y comerciales compartidas) o la simple adquisición de tamaño vía concentración, como instrumentos eficaces de política industrial.
La correlación entre exportación y crecimiento resulta importante al realimentarse ambas variables, aunque el sentido estratégico sea distinto: la exportación es una vía fundamental para crecer con carácter general; y vía crecimiento las empresas de determinados sectores son capaces de acometer mercados internacionales de forma más potente y extensa, con mayor resistencia financiera. Sin embargo, el marco regulatorio y el acceso a financiación deberían influir limitadamente en la toma de decisiones de crecimiento de las empresas. Por consiguiente, la política industrial en sentido amplio debería ser facilitadora de las decisiones estratégicas que autónomamente adopten las empresas.