Luckin Coffee es una empresa creada en 2017 que, en menos de dos años, pasó de la nada a valer más de 4.000 millones de dólares y liderar el sector de las cadenas de cafeterías en China. Al poco tiempo se descubrió que el milagro era, simplemente, un gran fraude.
Oriol Amat. Catedrático de Economía Financiera de la UPF y economista.
“Lo que aprendemos de la historia es que la gente no aprende de la historia”.
Warren Buffett
Empresario e inversor
NACIMIENTO CON UN ENTRAMADO SOCIETARIO COMPLEJO
En 2017, dos emprendedores, Jenny Qian Zhiya y Charles Zhengyao Lu, detectaron una oportunidad de negocio en el sector del café. En esos momentos, en China se consumían seis tazas de café por persona y año. En cambio, en EE. UU. la cifra ascendía a 300 tazas por persona y año. También comprobaron que Starbucks estaba creciendo mucho en el gigante asiático. Los dos emprendedores habían creado previamente otras empresas en el sector del alquiler de coches, aunque tuvieron varios problemas legales relacionados con fraudes financieros.
En junio de 2017, constituyeron Luckin Coffee en las islas Caimán. Pocos meses después, ya abrían la primera tienda en Pekín y empezaron a crecer aceleradamente en el país. Para ello, crearon un grupo de empresas con las cabeceras en paraísos fiscales (Islas Caimán e Islas Vírgenes), como puede verse en la figura 1.
LA EMPRESA MILAGRO
Ya desde el principio su objetivo era superar al gigante Starbucks. Con un marketing muy agresivo, el número de tiendas de Luckin Coffee rápidamente experimentó un crecimiento exponencial. La empresa contaba con una serie de ventajas competitivas y, sobre todo, una gran eficiencia operativa gracias al big data, la Inteligencia Artificial y una app que permitía al cliente pedir y pagar un café a través del móvil y después ir a la tienda a recogerlo; además, cuando se daban de alta en la app, ya conseguían un café gratis. Otras características diferenciales eran la buena calidad de las materias primas, unos precios entre un 30%-50% más bajos que en Starbucks, entregas a domicilio y muchos descuentos de fidelización. A diferencia de los de Starbucks, los locales de Luckin Coffee eran muy pequeños y con pocas sillas.
Desde el principio, el objetivo era competir con Starbucks, que contaba con una fuerte presencia en China
Para crecer, Jenny Qian Zhiya y Charles Zhengyao Lu apostaron por zonas con un elevado potencial de consumo de café (edificios de oficinas, áreas comerciales y campus universitarios). En menos de un año, en 2018, ya adelantaron a Costa Coffee en número de tiendas y en 2019 también superaron al líder Starbucks (ver figura 2).
El milagro de las ventas se conseguía, según la empresa, gracias a las mejoras en cuatro variables: precio de venta por unidad de producto, número de unidades vendidas por cliente, número de clientes por tienda y número de tiendas (ver figura 3).
En julio de 2018, Luckin Coffee consiguió 200 millones de dólares en una ronda de financiación que valoró la empresa en 1.000 millones de dólares. El 17 de mayo de 2019, efectuó la salida en el Nasdaq de Nueva York captando 561 millones de dólares. En ese momento, la compañía ya se valoraba en 4.000 millones de dólares. En los medios de comunicación financieros se hablaba de Luckin Coffee como la empresa milagro. Los dos fundadores, Lu Zhengyao y Jenny Qian, mantenían el 30% y el 20% de las acciones, respectivamente. A pesar de la buena marcha en bolsa, la empresa seguía aumentando las pérdidas (ver figura 4).
El 17 de mayo de 2019, la empresa efectuó la salida en el Nasdaq de Nueva York captando 561 millones de dólares, con una valoración de la compañía de 4.000 millones de dólares
APARECEN LOS PROBLEMAS EN PLENA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS
El 31 de enero de 2020, Muddy Waters (firma especializada en descubrir empresas sobrevaloradas en bolsa) publicó un tuit con un informe anónimo de 89 páginas que demostraba que la empresa había hinchado sus ventas en 2019 (un 69% en el tercer trimestre de 2019 y un 88% en el cuarto trimestre). El 3 de febrero, la compañía respondió a dichas acusaciones alegando que eran falsas. De todas formas, Luckin Coffee se comprometió a demostrar la falsedad de las acusaciones y contrató a la consultora Kirkland & Ellis para que realizara un análisis forense de las cuentas. Poco después de iniciarse la investigación, el 2 de abril de 2020 se detectó que las acusaciones eran veraces y se apuntó a los dos fundadores y a varios directivos más como responsables. El fraude principal consistió en ventas falsas por valor de 310 millones de dólares y compras falsas a empresas participadas por los máximos ejecutivos de la empresa. La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China informó que se iniciaba una investigación oficial e inmediatamente, las acciones se desplomaron. La acción, que llegó a cotizar a 50,02 dólares el 17 de enero de 2020, pasó a cotizar a 1,39 dólares el 3 de mayo de 2020, perdiendo un 97% de valor (ver figura 5).
Un informe anónimo descubrió que Luckin Coffee había hinchado sus ventas en 2019 (un 69% en el tercer trimestre y un 88% en el cuarto)
CÓMO SE DESCUBRIÓ EL FRAUDE
Antes de descubrirse el fraude, Luckin Coffee explicaba que el aumento exponencial de las ventas era por el incremento en el número de tiendas y en las unidades vendidas por tienda y día, que pasaron de 109 a principios de 2018 a 495 a finales de 2019. Sin embargo, el informe publicado por Muddy Waters incluía una investigación con una muestra representativa de tiendas durante cuatro meses y, tras visionar más de 11.200 horas de grabaciones de video, concluyeron que las ventas de unidades por tienda eran irreales, ya que como mucho eran de 263 unidades por tienda/día. En realidad, fueron hinchadas con transacciones ficticias hechas por empresas participadas por los fundadores de Luckin Coffee. También se hincharon los precios de venta al no incorporar los importantes descuentos que se concedían a los clientes. Simultáneamente, para evitar que los márgenes fueran demasiado elevados, lo que hubiera despertado sospechas de los analistas, la empresa hinchó determinados gastos y redujo las pérdidas. Los ingresos ficticios provenían de pedidos que hacían empresas propiedad de directivos de Luckin Coffee y, para devolverles el dinero, hincharon facturas de gastos de publicidad y otros conceptos. Esto se descubrió analizando la publicidad y aparición en medios que hacía la empresa y que era muy reducida. Además de hinchar las ventas y los gastos, el maquillaje reducía las pérdidas de Luckin Coffee entre un 15% y un 34%, según los trimestres.
Al descubrirse el fraude, la cotización se hundió un 97%. La empresa recibió fuertes multas y los principales directivos fueron despedidos
El 17 de junio de 2020, la empresa fue expulsada del Nasdaq y sancionada con 180 millones de dólares. Durante la investigación se encontraron correos electrónicos de directivos instando a sus empleados a realizar las operaciones fraudulentas. Como consecuencia de estos hechos, los dos fundadores y diez directivos más fueron despedidos. El 23 de septiembre de 2020, el regulador de bolsa chino multó a la empresa con 9,5 millones de dólares por la manipulación de las cuentas.
Finalmente, aunque la empresa instó el concurso de acreedores el 5 de febrero de 2021, con un nuevo equipo directivo se inició la reestructuración de la compañía para intentar que sea viable en el futuro.
LECCIONES APRENDIDAS
De este caso, en el que miles de accionistas perdieron la mayor parte de su inversión, se pueden extraer diversas lecciones, ya que algunos de sus elementos constituyen señales de alerta a las que se debería haber prestado atención:
- Los fundadores y algunos de los directivos de Luckin Coffee ya habían tenido problemas en el pasado con la justicia por delitos financieros (y el director de marketing incluso llegó a tener una sentencia de 18 meses de cárcel por ese motivo).
- El entramado societario era complejo y utilizaba diversas sociedades en paraísos fiscales.
- Cuando una empresa genera abultadas pérdidas, pero sigue subiendo en bolsa, hay que extremar las precauciones.
En definitiva, conviene recordar una vez más que en el mundo de la empresa el éxito se alcanza normalmente después de muchos años de trabajo serio; los milagros no suelen existir y, a menudo, acaban en fraudes.