Iniciamos esta sección, que va a presentar excelentes prácticas en innovación y emprendimiento, con la ilusión de que, con ello, contribuyamos a dinamizar y hacer más competitivo el tejido empresarial. Y, para empezar, nada mejor que un caso verdaderamente notable: WALLBOX, una firma que ofrece soluciones líderes a escala internacional de carga bidireccional de vehículos eléctricos.
Ángel San Segundo Haering. Ingeniero Industrial, asesor de start-ups, business angel, mentor y profesor asociado de diversas escuelas de negocio.
Coordinación: Emma Bouisset Carrascal Foto: Wallbox
¿EN QUÉ CONSISTE SU PROYECTO? ¿CÓMO LO DEFINIRÍA?
“Wallbox es un proveedor líder de soluciones de carga de vehículos eléctricos (VE) y de gestión de la energía en todo el mundo. Pero nuestro modelo de negocio va más allá de la fabricación de cargadores. Queremos convertir el vehículo eléctrico en un vector clave de la transición energética. Por eso, desde Wallbox invertimos y trabajamos en productos que integran el vehículo eléctrico en la transición energética renovable; como nuestros cargadores bidireccionales, que permiten a sus usuarios convertir el coche en una fuente de energía y de ahorro transfiriendo la energía eléctrica almacenada en la batería del vehículo al hogar cuando la electricidad es más cara y, al contrario, recargando la batería del VE en horas valle. Además, para esta transición también tenemos alianzas con proveedores de placas solares para hogares”.
¿QUÉ SINGULARIDADES TIENE LA PROPUESTA DE VALOR?
“Creo que lo que hace diferente nuestra propuesta de valor son dos pilares complementarios. Por un lado, lo que nosotros denominamos el ‘ADN Wallbox’ que, en resumen, consiste en diseñar y producir cargadores con un gran rendimiento, innovadores, resistentes con una elevada durabilidad (resisten al agua y al polvo, lo que permite instalarlos tanto en exteriores como en interiores) y muy sencillos. Esta es la clave para que los consumidores elijan nuestros cargadores: hacer productos de altísima calidad y fáciles de usar.
Por otro lado, nuestra cadena de suministro verticalmente integrada y la gestión de todo el ciclo de vida de los cargadores —desde su diseño hasta su instalación pasando por la fabricación— nos permite innovar constantemente y crecer en el mercado, identificando las necesidades futuras de los consumidores y respondiendo rápidamente a ellas”.
¿CUÁNDO, DÓNDE Y CÓMO SURGE LA IDEA?
“Eduard, mi socio, amigo y cofundador de Wallbox, y yo seguimos con mucha atención todos los avances relacionados con el vehículo eléctrico. Cuando nos conocimos en la Universidad Politécnica de Catalunya, por ejemplo, ya trabajamos en un proyecto de baterías de hidrógeno para vehículos (tal vez la semilla de Wallbox se plantó en ese proyecto…). En cualquier caso, tras esta experiencia, yo comencé a trabajar en Tesla y Eduard se unió al CSIC; sin embargo, nos mantuvimos en contacto y, durante una conversación en la boda de un amigo, allá por 2015, nos dimos cuenta de que no existía ninguna empresa capaz de ofrecer un cargador para vehículos eléctricos lo suficientemente bueno. Fue allí donde germinó la semilla que plantamos en la UPC y donde nos fijamos como objetivo crear el mejor cargador del mercado”.
¿CUÁLES CREE QUE HAN SIDO LAS RAZONES DE SEU ÉXITO?
1- EQUIPO
“No importa lo buena que sea la idea de negocio que un emprendedor haya desarrollado, pues si este no está acompañado de un equipo que le ayude a implementarla, no podrá triunfar en el mercado. Una de las claves del éxito de Wallbox es haber conseguido atraer a la empresa al mejor talento global. De hecho, una de mis principales tareas como CEO es la de identificar el talento y crear un ecosistema interno en el que pueda prosperar. No queremos ser los más grandes, queremos ser los mejores. Y, para ello, captamos a los mejores”.
2- AGILIDAD
“El mercado de la carga eléctrica está en constante evolución. Hay mucha competencia y las necesidades de los consumidores cambian. Construir una organización ágil y flexible es fundamental para el éxito. En Wallbox, tenemos una cadena de suministro verticalmente integrada y controlamos todo el ciclo de vida de los cargadores; por lo que podemos responder ágilmente ante cambios en el mercado, bien con nuevos productos, bien con modificaciones de los ya existentes para hacerlos más eficientes y competitivos. Para ello también es fundamental el feedback que nos dan nuestros clientes”.
3- ALIANZAS
“Una start-up no puede despegar si no cuenta con aliados importantes. En Wallbox, somos muy afortunados de tener inversores que desde el principio han confiado en el proyecto y en el equipo directivo, y que continúan apoyando nuestro proyecto desde el Consejo de Administración o como socios estratégicos de la compañía”.
4- EXPERIMENTACIÓN
“Nuestra sede es un laboratorio de pruebas de gestión de la energía. Al ampliar nuestra sede, nos dimos cuenta de que nuestro consumo energético aumentaría más del 400%. Habría sido necesaria una nueva subestación para suministrar la energía que necesitábamos, la cual tardaría nueve meses en estar totalmente instalada. Decidimos aplicar nuestra propia tecnología y desarrollamos un sistema llamado ‘Sirius’ que nos permite gestionar varias fuentes de energía y elegir automáticamente la más ecológica o la más barata disponible para satisfacer la demanda del edificio. Entre estas fuentes están los vehículos eléctricos, conectados al edificio a través de nuestro cargador bidireccional Sirius. Hay momentos en los que nuestra sede central está completamente desconectada de la red eléctrica. En sus primeros seis meses de uso, Sirius aumentó el consumo de energía renovable del edificio en un 20% y redujo la dependencia de la red en un 50%”.
5- CUESTIONAMIENTO
“Wallbox surgió del propio cuestionamiento del sistema actual. Nos dimos cuenta de que el 80% de las cargas de los vehículos eléctricos se realiza en casa, por lo que necesitábamos cargadores más inteligentes y capaces de adaptarse al uso de la energía que se hace en el hogar de una manera más inteligente”.
6- EMPATÍA
“Es fundamental. Tanto hacia nuestros empleados como hacia nuestros clientes. Las empresas tecnológicas o cuya operativa depende en gran parte de la innovación tienen que ser capaces de retener el talento para seguir creciendo. En mi experiencia, la empatía es fundamental para construir un proyecto exitoso. De igual manera, tenemos que ser empáticos con nuestros clientes, ponernos en su piel y sentir como ellos sienten. Creo que esta es la mejor manera de desarrollar productos útiles, fáciles de usar, con una gran experiencia de usuario, y, sobre todo, fiables y que faciliten el día a día”.
¿QUÉ FUÉ LO MÁS DIFÍCIL Y CUÁLES FUERON LOS RECURSOS IMPRESNCINDIBLES PARA DESPEGAR EL PROYECTO?
“Si soy sincero, al principio no hubo casi nada fácil. Sólo la ilusión de dar vida a un proyecto desde cero. Pero si tengo que quedarme con lo más difícil, creo que fue conseguir el primer cliente. Respecto a los recursos imprescindibles hay dos fundamentales: el tiempo y la confianza. El tiempo, porque todos los que integramos Wallbox hemos trabajado muy duro para hacerla despegar: hemos dedicado horas y horas, renunciando a planes, viajes y descansos. Pero ha merecido la pena. Y la confianza, porque nuestros primeros inversores y todos los integrantes del equipo fundador sabían que lograríamos estar en la posición que hoy disfrutamos”.
¿SI PUDIERA VOLVER ATRÁS, TOMARÍA LAS MISMAS DECISIONES?
“Parte del proceso de crecimiento de una empresa consiste en equivocarse y en aprender de los errores cometidos para mejorar. Hemos hecho inversiones y hemos destinado recursos a proyectos que no han llegado a ver la luz, pero nos han permitido saber qué productos funcionan mejor y cuáles hacen más fácil el día a día de los consumidores. Así que sí: tomaría el 90% de las decisiones que he tomado desde 2015 hasta ahora”.
RETOS DE FUTURO
“Wallbox está inmerso en un proceso de expansión internacional. Estamos presentes en 80 países, tenemos un equipo de más de 700 personas y seguimos creciendo. En los próximos meses inauguraremos dos nuevas plantas de producción, una en Arlington (Texas) y otra en la Zona Franca de Barcelona.
El mercado de la carga eléctrica está creciendo de manera exponencial y queremos aprovechar este dinamismo. Recientemente presentamos en CES Las Vegas, una de las ferias de electrónica más relevantes del mundo, Quasar 2, una nueva generación de cargadores bidireccionales (permiten alimentar la electricidad de la casa con la energía almacenada en el coche)”.
LAS LECCIONES APRENDIDAS
LEJOS DE SILICON VALLEY
Tal y como anunciábamos en la introducción a esta nueva sección, el objetivo de estas páginas es dar a conocer auténticos referentes de emprendimiento en España, pues estos ejemplos ayudarán a marcar hojas de ruta a otras start-ups. Nos alejamos deliberadamente, pues, de los ejemplos clásicos de jóvenes brillantes que, en garajes de California, sacan adelante proyectos con rápido crecimiento en ingresos e inversiones. Y lo hacemos porque creemos que ni es necesario ni conveniente, pues esos son casos basados en ecosistemas de enorme dinamismo, con fácil acceso a financiación y en una cultura empresarial favorecedora de difícil traslado a nuestro país.
Aquí, debemos afrontar un entorno todavía escasamente propicio para el nacimiento, primeros pasos, crecimiento y expansión de las start-ups. Pese a innegables y cada vez más frecuentes éxitos de nuestros emprendedores, la visión global del emprendimiento español es muy frágil si analizamos el perfil* de las start-ups en fases iniciales:
• El 90% tiene un nivel tecnológico bajo
• El 70% no innova en productos
• El 85% tiene menos de 5 empleados
Por eso, la experiencia de WALLBOX es tan meritoria.
Algunos factores destacables de su éxito son:
• Visión de negocio basada en satisfacer necesidades de clientes, anticipando soluciones en mercados de claro crecimiento con vocación global.
• Liderazgo y competencia técnica incuestionables de sus fundadores.
• Apuesta por el talento y la gestión del capital humano.
• Humildad, resistencia y confianza.
ESCUELA DE EMPRENDEDORES
El dinamismo de Wallbox es un exponente notable del progreso que experimenta el ecosistema emprendedor español en el segmento de valor añadido: según el informe The Spanish Tech Ecosystem (ASCRI, octubre de 2021), desde 2015, se ha multiplicado por cinco la valoración de las start-ups (hasta llegar a los 46.000 millones de euros) y las inversiones en el primer semestre de 2021 han crecido a un ritmo solo superado en Europa por Holanda, en un contexto de gran dificultad para los negocios.
Es evidente que España cuenta con un potencial extraordinario de creación de valor en una parte de su ecosistema emprendedor, pero ¿cómo hacer que todo él, es decir, la mayoría, sea más eficiente?
Este problema solo puede ser resuelto por una reorientación y un fortalecimiento de los programas formativos actuales, porque emprender, de acuerdo con todas las evidencias y voces autorizadas, como la de Peter Drucker, “es una disciplina, y como tal puede aprenderse”. Además de herramientas de innovación y desarrollo de negocios bien conocidas, habría que apostar por aportar competencias claves de gestión para que el emprendedor consiga levantar y hacer crecer competitivamente su proyecto, como se esquematiza en la figura 1.
COMPETENCIAS CLAVES DEL EMPRENDEDOR
Las capacidades básicas (observar, crear redes, experimentar, cuestionar y asociar) estudiadas por Clayton Christensen en El ADN del innovador, unidas a la gestión de equipos, la agilidad y el enfoque Lean, constituyen el núcleo de competencias del emprendedor al que atienden habitualmente los programas de formación.
Sin embargo, se suelen echar en falta las cuatro competencias que se inscriben en el marco (liderazgo, empatía, resiliencia y ambición) porque definen al emprendedor capaz de afrontar notables retos en un contexto de escasez de medios. Cuando se busca la excelencia, la start-up tiene que interactuar positivamente con su entorno, por lo que en su agenda habría de incluir alguna contribución a los ODS.
Para que el anterior armazón de conocimientos sea asimilado por el emprendedor, se precisa práctica en la ejecución, comunicación, medición, disciplina y equilibrio. Con todo ello se contaría con un completo conjunto de materias de utilidad para facilitar el papel del emprendedor hacia proyectos más robustos y, muy probablemente, conseguir mejores registros de resultados en su formación.
La formación se potenciará con una participación mucho más activa de mentores especializados que ayuden a los emprendedores, especialmente en la entrada de sus negocios en el mercado, con énfasis en la construcción de alianzas y en la captación de recursos financieros. En definitiva, enfocar la enseñanza incidiendo más en vertebrar una auténtica carrera profesional para el emprendedor como alguien capaz de crear valor a través de la innovación, de saber qué carencias tiene su proyecto y él mismo, e identificar qué alianzas son necesarias para solventar esos problemas.
CONCLUSIONES
El éxito de una start-up se basa en varios factores, entre los que destaca el “aprovechamiento de la oportunidad”, como afirma el conocido inversor y promotor Bill Gross, tras estudiar más de 100 empresas emergentes. También nosotros tenemos la oportunidad de renovar y potenciar los programas de formación aprovechando el impulso de los planes de transformación con financiación europea. Se trataría de alcanzar el doble reto de mayor calidad en las start-ups creadas y de reforzar la profesionalización de los emprendedores: estamos convencidos de que el esfuerzo tendría un retorno asegurado.
Wallbox es un excelente ejemplo de aplicación de las competencias anteriores: el conocimiento de su trayectoria seguro que tendrá un efecto beneficioso y multiplicador entre los emprendedores españoles.