Aunque la COVID-19 ha asestado un duro golpe a la mayoría de las empresas, también ha puesto al descubierto el tesoro de los datos que permiten agilizar y optimizar la forma cómo operan las organizaciones.
PHANISH PURANAM. Catedrático de Estrategia y Diseño Organizacional Roland Berger de INSEAD.
JULIEN CLÉMENT. Profesor asistente de Comportamiento Organizacional de Stanford Graduate School of Business.
El trabajo virtual convierte en concreto lo intangible. Los registros de chat, las grabaciones de video, las rutas de actividad en proyectos colaborativos, etc., ofrecen a los gerentes nuevos niveles de conocimiento de todo cuanto acontece en las empresas: desde lo concerniente a la moral de los empleados hasta cómo los vínculos informales condicionan los resultados de las decisiones empresariales.
Está claro que esta es una información sensible. Por ello, las organizaciones deben mantener unos elevados estándares éticos y legales en materia de privacidad y protección de datos. Aun así, con las salvaguardas adecuadas, estos datos pueden producir descubrimientos poderosos.
EL AUGE DEL DISEÑO ORGANIZACIONAL BASADO EN DATOS
Si bien las organizaciones son muy diversas y están en constante evolución, sus problemas básicos son recurrentes y universales. Siempre se reducen a dividir los grandes objetivos en tareas más pequeñas para reunificar después los resultados tratando de formar un todo coherente. Si los equipos pequeños, las grandes empresas y las agencias gubernamentales aprenden a utilizar los datos y algoritmos para gestionar mejor estos problemas, su rendimiento mejorará de forma sustancial (y sostenible).
3 TIPOS DE PROBLEMAS ORGANIZATIVOS
Estructurar los esfuerzos analíticos teniendo en cuenta los diferentes tipos de problemas que se pueden resolver gracias a los datos y algoritmos puede contribuir a ello. Así, se entiende que el diseño de una organización involucra tres grupos de decisiones:
1. Estructuración: implica el uso de autoridad, incentivos y agrupación para resolver problemas de coordinación y cooperación. Al recopilar mejor la información relativa a los flujos de trabajo y las interacciones de los empleados, las organizaciones pueden identificar los «puntos calientes» donde se producen los fallos de coordinación y repararlos.
2. Clasificación: gira en torno a «quién entra y quién sale» de la organización, departamento o equipo. Esto incluye preguntas sobre contratación, autoselección dentro de los proyectos y diversidad en el lugar de trabajo. Los datos completos de la fuerza laboral son fundamentales para abordar estos problemas.
3. El concepto sensemaking agrupa liderazgo, visión y cultura. La información recopilada a través de plataformas como Slack y Zoom dibuja instantáneas detalladas de la cultura corporativa en acción. Incluso mientras se mantiene el anonimato individual, es posible agregar datos de texto y usar técnicas de aprendizaje automático para identificar los valores o conceptos que son importantes para las personas en función de las palabras que usan.
El auge de los datos tras la COVID-19 puede ayudar a construir organizaciones más resistentes en el futuro. La parte complicada será examinar esta avalancha de informaciones para seleccionar lo que es más relevante y aplicar estratégicamente esa información con métodos rigurosos.
Este artículo se basa en la publicación digital The Organizational Analytics eBook: A Guide to Data-Driven Organization Design.