La entrada en vigor de una nueva legislación para limitar la práctica de juegos en línea entre los menores ha sacudido el mercado chino de los videojuegos y ha suscitado una serie de preocupaciones entre inversores y empresas del sector.
NI GAO. Profesora de KEDGE Business School.
Durante los últimos diez años, en China, han nacido nuevos sectores y modelos de negocio gracias al rápido desarrollo de la innovación digital. La industria de los videojuegos ha tenido la oportunidad de prosperar en este entorno. Según datos de CNG (Instituto de Investigación Independiente de Investigación y Análisis de la Industria de Juegos de China), China tiene el mercado de videojuegos más grande del mundo con más de 667 millones de usuarios en 2021. Las ventas anuales ascendieron a 43.200 millones de dólares en 2020. Además, la industria china de los videojuegos también es una rica cadena industrial formada por un complejo sistema de empleo. El número total de personas que participan directa o indirectamente en este sector supera actualmente el millón.
Sin embargo, cuando el pasado 1 de septiembre de 2021, el gobierno de Pekín emitió una nueva normativa con el objetivo de controlar el uso excesivo de juegos en línea entre los menores y evitar así perjuicios en su vida escolar y salud física y mental, el precio de las acciones de Tencent (el principal editor de videojuegos de China), por poner un ejemplo, cayó drásticamente en la bolsa de valores de Hong Kong. Y es que, desde el pasado 1 de septiembre, las empresas de videojuegos online solo pueden brindar una hora de servicio a los menores. La nueva legislación también prevé monitorear el consumo de juegos en línea.
DESAFIOS Y OPORTUNIDADES
Este nuevo marco legal está obligando a los jugadores chinos del mercado de los videojuegos a tener mayor flexibilidad y a adaptarse para gestionar mejor sus operaciones. Conviene recordar que, según afirman diversos investigadores en psicología, los videojuegos también tienen aspectos positivos: promueven el espíritu de equipo y mejoran la capacidad de los jugadores para resolver problemas. Por ello, para orientar mejor estos beneficios, las empresas chinas del sector deben implementar estrategias dirigidas a mejorar el conocimiento tecnológico y la alfabetización de los padres de modo que puedan guiar mejor a sus hijos.
En definitiva, la creciente adopción digital y el nuevo perfil de consumidores demandan nuevas estrategias de atención que deben implementarse con rapidez para retener o captar nuevos usuarios y adaptarse lo más rápido posible a las necesidades que van surgiendo. Sin duda, el low-code puede marcar la diferencia en este contexto.