La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una forma de dirigir las empresas basada en la gestión de los impactos que su actividad genera sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general (Observatorio de la Responsabilidad Corporativa). En las siguientes páginas, conocemos cuatro ejemplos de buenas prácticas de RSC y la importancia de que las organizaciones adopten esta cultura en beneficio de todos.
Coordinación: Emma Bouisset Carrascal.
blanca sorigué. Directora general del Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB)
Las actividades del Consorci de la Zona Franca de Barcelona conforman un ecosistema de éxito. ¿Con el Barcelona New Economy Week (BNEW), el Salón Internacional de la Logística (SIL) o la Barcelona Woman Acceleration Week (BWAW) se cumplen sus estrategias en relación a los ODS?
Para el Consorci de la Zona Franca de Barcelona siempre ha sido primordial tratar de estrechar lazos entre economía 4.0 y sostenibilidad, algo que fue aún más evidente cuando en 2019 creamos una dirección específica dedicada al cumplimiento de los ODS. Con esta nueva línea estratégica, hemos situado estos en el centro de todas nuestras actividades, algo que se refleja claramente en la celebración de nuestros eventos. Basta con mencionar que, en la segunda edición de la BNEW, dedicamos todo un vertical a destacar que sostenibilidad y economía deben ir de la mano para conseguir un planeta resiliente. Asimismo, la celebración de la BWAW pone de manifiesto nuestra implicación con el ODS número 8: la igualdad de género. Se trata de un evento que nació con el propósito de acelerar y dinamizar la paridad de género y alcanzar la igualdad de oportunidades de la mujer en los sectores empresarial e industrial a nivel local y global.
Por último, el SIL 2022 también apostará en su nueva edición, que se celebrará del 31 de mayo al 2 de junio, por reforzar su compromiso con los ODS. De esta forma, además de estar éstos representados en el Congress, se utilizarán materiales sostenibles para la construcción de los estands y se entregará el premio a la empresa con mejores prácticas sostenibles y a la empresa cargadora con mejores prácticas.
¿Cómo ponen en valor activos como la ventaja operativa, logística o fiscal para favorecer la digitalización o la automatización?
Digitalización y automatización son dos factores que han acelerado su desarrollo en la economía 4.0 en los últimos dos años, y que se prevé que sigan siendo protagonistas a lo largo de 2022 y en los próximos años. Nos dirigimos hacia un futuro en el que la digitalización, la sostenibilidad y el talento van a ser los ejes principales del desarrollo de toda la economía y, por supuesto, también del sector logístico.
La pandemia de la COVID-19, el auge del e-commerce, así como la crisis de los microchips, entre otros factores, han contribuido a visibilizar la logística como un sector de primera necesidad entre la sociedad. Asimismo, la rápida digitalización implementada por las empresas del sector al inicio de la pandemia ha sido un ejemplo para el resto de los sectores económicos.
¿Qué otras acciones en materia medioambiental, social, de buen gobierno y sostenibilidad están en marcha actualmente y cómo se integran en relación a sus trabajadores y stakeholders?
Además de los proyectos comentados anteriormente, una de nuestras prioridades es establecer una economía circular más coherente con la economía 4.0 hacia la que evoluciona nuestra sociedad. De ahí, el nacimiento del proyecto EcoCircularZF, una simbiosis industrial basada en la colaboración entre empresas para un mejor aprovechamiento de los recursos y contribuir a la eficiencia de los residuos derivados de las distintas actividades que se llevan a cabo.
Respecto a las políticas medioambientales, el CZFB lleva desde 2006 integrando valores ambientales en su estructura y en 2009 obtuvo la primera certificación medioambiental EMAS de España concedida a un polígono industrial por la gestión de sus zonas comunes. Asimismo, también es importante destacar dos iniciativas impulsadas por la entidad: la puesta en marcha de la primera planta certificada de hidrógeno verde de uso público en España, impulsada por el CZFB y Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), y construida y explotada por Iberdrola en el polígono de la Zona franca de Barcelona, así como la firma con el Ayuntamiento de Barcelona para impulsar la generación de energía fotovoltaica en cubiertas industriales y hacer un salto de escala en la transición energética en la ciudad en este ámbito.
“El ámbito RSC de las compañías se transformará en la implementación de políticas vinculadas a la sostenibilidad y los ODS, hecho por el cual ya no podremos hablar de costes o rentabilidad, pues estos objetivos ya formarán parte de la visión, misión y los valores de cada empresa”.
¿Qué rentabilidad y qué costes supone para una empresa aplicar un modelo de RSC?
Con la implementación progresiva de los ODS, cada vez tendrá menos sentido para las empresas aplicar políticas de RSC, ya que estamos incorporando en nuestro ADN la sostenibilidad y la responsabilidad, dos principios imprescindibles en cualquier área. Se trata de un proceso gradual en el cual las empresas acabarán saliendo reforzadas, ya que está demostrado que los consumidores y usuarios finales cada vez valoran más estos conceptos.
Por tanto, el ámbito RSC de las compañías se transformará en la implementación de políticas vinculadas a la sostenibilidad y los ODS, hecho por el cual ya no podremos hablar de costes o rentabilidad, pues estos objetivos ya formarán parte de la visión, misión y los valores de cada empresa.
TONI BRUNET. Director de Asuntos Públicos y Corporativos.
¿Qué prioridades tiene CELLNEX en relación a la RSC?
Ante todo, quiero matizar que en Cellnex hemos hecho una transición y, a la hora de actualizar nuestro plan director de RSC correspondiente al período 2016-2020, hemos ampliado nuestra visión para abrazar los criterios ESG. Así, nuestro plan actual (2021-2025) ya se basa en los criterios Environment, Social and Governance que son nuestro marco de referencia.
Por lo que se refiere al criterio medioambiental, hemos firmado la iniciativa internacional Science Based Target con el objetivo de contribuir a no incrementar la temperatura global más de 1,5ºC. Así, para reducir nuestra huella de carbono, por ejemplo, nos comprometemos a que nuestro suministro de energía verde certificada será del 100% en 2025 (ahora, en 2021, ya hemos certificado el 40% y cuando acabe 2022 será del 70%) y en los próximos ocho años, reduciremos en un 70% las emisiones de gases de efecto invernadero así como las fuentes de energía provenientes de combustibles fósiles.
En el ámbito social, tenemos un doble foco. Hay uno muy claro dirigido a temas de diversidad y fundamentalmente vinculado a la diversidad de género. Por ejemplo, queremos que en 2025 el 50% de las nuevas incorporaciones sean de talento femenino y nos comprometemos a que las promociones a posiciones de responsabilidad dentro de la compañía también tengan unos porcentajes concretos de talento femenino. Por otra parte, en 2021, hemos puesto en marcha la Fundación Cellnex con un objetivo muy claro de contribuir a generar acciones orientadas a combatir la brecha digital que puede ocasionar no solo exclusión social, sino también territorial y generacional.
Por último, en la esfera de la gobernanza, ponemos el acento en aplicar las mejores prácticas en este terreno. Aseguramos la diversidad de género en el seno del máximo órgano de gobierno de la compañía por encima de los objetivos que marca la Comisión Nacional del Mercado de Valores (40%) y también tenemos una representación de consejeros independientes claramente por encima de las recomendaciones. En cuanto a la diversidad nacional, tenemos hasta siete nacionalidades distintas.
¿Cómo aporta mayor conectividad a la sociedad?
Nuestro propio modelo de negocio se basa, precisamente, en la gestión de infraestructuras (torres de telecomunicaciones e infraestructuras adyacentes) cuyo objetivo es facilitar la conectividad entre personas a través de dispositivos móviles, o entre objetos, a través de la sensorización de objetos que generan una serie de señales inalámbricas que requieren ser transportadas. Nos dedicamos a gestionar las infraestructuras de conectividad que transportan esta señal.
Nuestro modelo de negocio está orientado a la sostenibilidad porque está basado en la compartición de estas infraestructuras, evitando duplicaciones innecesarias que generarían ineficiencia y minimizando su impacto ambiental visual. Además, de alguna forma, también estamos disminuyendo las barreras de entrada en el ámbito de la competencia. Porque en la medida que un operador de servicios no tiene que desplegar su propia infraestructura, sino que puede alquilarla a alguien para que le preste este servicio, la barrera de entrada al mercado disminuye. Esta medida que acelera el despliegue de nuevas infraestructuras y servicios es también una contribución a mejorar la conectividad de la sociedad.
¿Qué medidas externas e internas han llevado a cabo para ayudar a paliar los efectos de la crisis de la COVID-19? ¿Son propuestas temporales o que vienen para quedarse?
Hay una que es de base estructural: el trabajo en remoto. Con el estallido de la COVID-19, aprendimos a practicarlo de un día para otro en base, precisamente, a las plataformas de conectividad. Nos acostumbramos a trabajar con este tipo de herramientas que nos facilitaron la posibilidad de minimizar el impacto inicial y la disrupción de la pandemia sobre la continuidad de la vida económica normal de las empresas. Desde entonces, las empresas hemos aprendido a trabajar en remoto sin perder productividad y hemos aprendido que esta práctica, que a su vez permite una mejor compatibilización de la vida personal y profesional, ha venido para quedarse. Nosotros aplicamos plenamente un concepto de 60% de presencialidad y 40% de no presencialidad.
Por otra parte, como compañía, desde el inicio de la crisis, también hemos acometido algunas medidas económicas de carácter contingente. Hemos puesto en marcha un plan de ayudas por valor de 10 millones de euros repartidos de la siguiente forma: 5 millones se han destinado a apoyar una línea de investigación clínica liderada por el Hospital Clínic en colaboración con hospitales españoles, italianos y franceses para desarrollar tratamientos contra la COVID-19, pero también tratamientos contra otras enfermedades de origen infeccioso o inmunológico. Y, en colaboración con varios proyectos de ONG, hemos destinado otros 5 millones de euros a paliar la situación de exclusión y pobreza sobrevenida que generó la pandemia en determinados grupos de riesgo en los países donde tenemos actividad.
¿Cuáles considera que tienen que ser las principales acciones que deben implementar las empresas para que la RSC y la sostenibilidad sean valores transversales en las organizaciones?
Creo que no deberíamos ver la RSC o las políticas de ESG como un fenómeno normativo sobrevenido que, de algún modo, se impone de forma paralela a la actividad y al día a día de la compañía, sino como algo que forma parte integral de ese día a día. O, dicho de otra forma, no podemos entender el día a día de la compañía y el negocio, nuestra actividad con nuestros clientes y con la cadena de proveedores sin integrar estos principios que modulan el impacto de la compañía en el ámbito medioambiental, social y del buen gobierno corporativo.
“Deberíamos visualizar e interpretar que la RSC/ESG no es una imposición normativa, sino que forma parte integral de nuestras políticas de negocio del día a día. Es necesario, por tanto, que las integremos y las incorporemos en este día a día, porque es la manera de que pasen a formar parte del ADN de las compañías”.
Debemos entender que esto no es una imposición forzada porque hay una normativa que debemos cumplir —aunque hay que decir aquí que la normativa evidentemente ayuda a que este tipo de políticas vaya adelante—, sino que sea cual sea el tamaño de la empresa, muchas de las cosas que ya hacemos habitualmente con un interés económico (la gestión del talento, la gestión de los residuos, la gestión eficiente de la energía…) tienen un resultado positivo en términos que expresan nuestras políticas de RSC o ESG. Es necesario, por tanto, que las integremos y las incorporemos en este día a día, porque es la manera, en definitiva, de que pasen a formar parte del ADN de las compañías.
CARMEN MORENÉS. Directora general de Fundación Telefónica.
¿Qué objetivos tiene Fundación Telefónica en relación a la RSC-ESG?
La RSC (actualmente ha evolucionado a ESG) tiene una relevancia fundamental en la estrategia de la compañía y está obteniendo grandes resultados en materia de sostenibilidad e igualdad. Desde la Fundación complementamos su acción añadiendo nuestro rol social, solidario e inclusivo para no dejar a nadie atrás en la sociedad que es cada vez más digital. Y lo hacemos contribuyendo a cinco de los ODS (4-5-8-10-17) como son fomentar la educación de calidad, la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades y establecer alianzas para lograr estos objetivos.
Me gusta decir que el ADN de Fundación Telefónica es digital y solidario. Estamos convencidos de que somos más eficaces actuando en el ámbito en el que tenemos experiencia y somos expertos. Y si además sumamos fuerzas con otros aliados que conocen cada uno de los sectores en los que intervenimos, obtenemos mejores resultados en reducir la brecha de adopción digital y evitar que nadie quede fuera de las oportunidades.
Estamos presentes en 41 países con una vocación transformadora, atendiendo las necesidades de cada persona y contribuyendo al desarrollo económico, social y cultural de cada comunidad. Nuestro propósito lo llevamos a cabo con varias líneas de actuación: interviniendo a través de proyectos innovadores propios, impulsando modelos de intervención social, fomentando foros de debate y reflexión, generando alianzas con más de 500 entidades sociales, 100 Instituciones y administraciones públicas y canalizando la solidaridad de los empleados del Grupo Telefónica. De esta forma conectamos a la sociedad con la educación digital de calidad para reducir la brecha educativa; con la nueva empleabilidad para generar los perfiles digitales demandados por el mercado laboral; con el conocimiento para estimular una reflexión común sobre las ideas que están cambiando el mundo; y con la solidaridad para que los más vulnerables tengan las mismas oportunidades de desarrollo.
¿Cómo han evolucionado sus políticas de acción social en los últimos años?
A lo largo de estos años, hemos respondido a las necesidades que la sociedad ha demandado en cada momento. En los últimos años, con las grandes crisis humanitarias que estamos viviendo, me siento muy orgullosa de cómo nos hemos volcado en dar apoyo a los colectivos más afectados para dotar a toda la sociedad de las mismas oportunidades de progreso en una sociedad cada vez más digital. Lo hacemos con la tecnología como palanca que nos permite maximizar el impacto de nuestra acción y como mecanismo de activismo social, poniendo el conocimiento y la solidaridad de nuestros voluntarios al servicio de los más vulnerables para que tengan las mismas oportunidades de desarrollo.
En el caso de la pandemia, a través de nuestra iniciativa #SumaFuerzas, pusimos en marcha más de 100 proyectos con diferentes organizaciones, entidades sociales y administraciones públicas. Y fuimos capaces de responder porque estábamos preparados, porque la digitalización impregna todo lo que hacemos desde hace tiempo. Hemos confirmado que lo digital nos permite ofrecer una mejor ayuda, principalmente ofreciendo formación y fomentando la inclusión digital de los colectivos más vulnerables.
En este momento, nos hemos movilizado con los refugiados que están huyendo de Ucrania para ayudarles en su obligado desplazamiento a causa de la guerra. Hemos implementado diferentes canales de apoyo en función de las necesidades de cada momento, desde atender las primeras necesidades hasta apoyar su integración en las sociedades de acogida. De este modo, ponemos al servicio de la sociedad recursos económicos, digitales y humanos, siempre de la mano de entidades sociales e instituciones.
Para terminar, me parece muy relevante destacar como pilar clave que hace posible nuestra labor social a los voluntarios del Grupo Telefónica. Son ellos quienes, con ese espíritu solidario, nos empujan siempre a dar lo mejor como compañía.
¿Cómo funciona su voluntariado corporativo y cuáles son sus principales retos?
A través del Programa de Acción social y Voluntariado canalizamos las iniciativas solidarias de los empleados del Grupo Telefónica haciendo realidad su vocación de convertirse en verdaderos agentes de cambio social. Con su labor se promueven los valores de la compañía en el ejercicio de la acción social y maximizamos el impacto de las iniciativas solidarias a través de la tecnología. Actualmente contamos con más de 59.000 empleados que han realizado labores de voluntariado corporativo en 30 países durante el pasado año, lo que supone que cerca del 40% de la plantilla a nivel global son voluntarios activos. Además, nuestras alianzas con más de 500 entidades sociales de todo el mundo hacen que cada año se puedan ver beneficiadas por este programa cerca de un millón y medio de personas.
El principal reto de nuestro programa es fortalecer a las entidades del Tercer Sector para dotar a todos de las mismas oportunidades de desarrollo, y para ello es primordial acompañar a estas entidades sociales en todos los aspectos que implica su transformación digital. Porque estamos convencidos de que la tecnología nos ayuda a ser más eficientes, a conectar mejor a beneficiarios y entidades trabajando en red, a multiplicar el impacto y a sumar a más voluntarios.
“Nuestro principal reto es acompañar a las personas en el proceso de transición hacia la nueva empleabilidad. Trabajamos para conectarlas con las competencias digitales y proporcionarles el acceso al conocimiento necesario para afrontar en igualdad de condiciones los desafíos de esta era digital”.
Un área de especial interés para todas las fundaciones es la educación y la empleabilidad. ¿Cuál es el valor añadido de unas prácticas en este ámbito para la sociedad?
La Fundación Telefónica tiene el doble reto de impulsar la empleabilidad y evitar que la brecha de adopción digital impida el acceso a la educación de los más vulnerables. Por ello trabajamos día a día para reducir la brecha educativa y proporcionar nuevas herramientas que permitan a los docentes ofrecer una formación de calidad a los niños y niñas de todo el mundo. Impulsamos proyectos innovadores y disruptivos que promuevan las competencias STEAM para afrontar los retos digitales en igualdad de condiciones. Y, tal como comentaba anteriormente, en estos momentos, uno de los mayores retos que afrontamos es formar a los perfiles digitales más demandados por el mercado laboral y preparar a las personas para la nueva empleabilidad. Vamos a seguir orientando, a través de herramientas que aplican la IA y big data, para ofrecer información sobre el mercado laboral, y formando en las principales competencias digitales necesarias para los trabajos del presente y el futuro. Vamos a implementar modelos de aprendizaje disruptivos y eficaces que ayuden a conseguir que nadie se quede fuera de esta nueva realidad laboral.
NEUS MARTÍNEZ. Directora de Comunicación de NESTLÉ.
¿Cuáles son los principales retos y desafíos ambientales en el sector de gran consumo y cómo responde Nestlé a ellos desde el prisma de la RSC?
Si hay un sector clave en el que el futuro del planeta tenga un impacto directo en la vida y la salud de las personas y a la vez condicione la viabilidad del negocio ese es el de la alimentación. Por eso, Nestlé se plantea como misión el desarrollar todo el poder de la alimentación para mejorar la calidad de vida, hoy y para las futuras generaciones.
Para conseguirlo, necesitamos asegurar la disponibilidad de materias primas para la elaboración de nuestros productos, y para ello dependemos de un entorno medioambiental saludable. Tenemos el reto conjunto, como sector agroalimentario, de asegurar la disponibilidad de los recursos naturales y luchar contra el cambio climático.
Desde Nestlé estamos comprometidos con la protección y regeneración del planeta para las futuras generaciones, así como con el apoyo a los jóvenes y a los emprendedores del mundo agrícola y ganadero. Contamos con una hoja de ruta para alcanzar cero emisiones netas en 2050, centrándonos en el apoyo a la agricultura regenerativa, el análisis de nuestras operaciones y la transformación de nuestra cartera de productos.
¿Hasta qué punto es importante comunicar estas acciones a la sociedad y al resto de grupos de interés? ¿No se corre el peligro de que estas prácticas sean percibidas como un intento de greenwashing?
El consumidor de hoy valora los productos que consume por sus propiedades o beneficios funcionales o emocionales, pero también quiere saber qué hay detrás de ellos, cómo se elaboran y si la empresa responsable de los mismos se comporta de manera ética con sus proveedores, socios y empleados, y si protege y restaura el medio ambiente. Por eso es importante comunicar las iniciativas encaminadas a ello, de manera realista y sin caer en promesas vacías o grandilocuentes. Es importante hablar de compromisos, pero más importante es explicar qué estamos haciendo para alcanzarlos, pasando del storytelling al storydoing.
“Es importante hablar de compromisos, pero más importante es explicar qué estamos haciendo para alcanzarlos, pasando del storytelling al storydoing”.
La guerra en Ucrania ha puesto sobre la mesa la necesidad de alinear las políticas de RSC con la actividad económica en Rusia de diversas multinacionales. ¿Cuál ha sido la postura de Nestlé en este sentido?
Desde el estallido de la guerra en Ucrania, el enfoque de Nestlé ha sido garantizar la seguridad de nuestros empleados y sus familias, así como brindar asistencia humanitaria y apoyo para ayudar a la gente de Ucrania y a los refugiados en los países vecinos. Esa es nuestra primera responsabilidad. Actualmente, nuestras actividades en Rusia se centran en proporcionar alimentos esenciales, como alimentos para bebés y nutrición médica/hospitalarias. Este enfoque está en línea con nuestro propósito y valores, ya que defiende el principio de garantizar el derecho básico a la alimentación.
Hemos parado toda actividad publicitaria en Rusia y suspendido todas las inversiones de capital en el país. Por supuesto, estamos cumpliendo plenamente con todas las sanciones internacionales sobre Rusia. Nuestro interés no está en obtener ganancias en el país, y si eso se produce, cualquier ganancia se donará a organizaciones de ayuda humanitaria.
“Me temo que la RSC ya no es un plus, sino la licencia para operar. Quizá no desde un imperativo legal, pero sí obligados por las demandas crecientes de un ciudadano-consumidor que otorga a las empresas un papel protagonista en la solución de los retos que plantea la sociedad actual”.
En tiempos de crisis, ¿la RSC puede convertirse en una herramienta para la competitividad?
Me temo que la RSC ya no es un plus, sino la licencia para operar. Quizá no desde un imperativo legal, pero sí obligados por las demandas crecientes de un ciudadano-consumidor que otorga a las empresas un papel protagonista en la solución de los retos que plantea la sociedad actual.