Diez años después de que la televisión coreana emitiera la serie Start-Up, hemos querido regresar al plató incubadora Sandbox donde se rodó, en Seúl. Se encuentra intacto, con su aire desenfadado, a mitad de camino entre la factoría y el garaje. En efecto, entre el 17 de octubre y el 6 de diciembre de 2020, la tvN reprodujo las andanzas de Seo Dal-mi, que aspiraba a ser la Steve Jobs coreana; de Nam Do-san, el genio de las matemáticas que fracasó en su emprendimiento; de Han Ji-pyeong, el talentoso de las finanzas; de Seo/Won In-jae, la “académica”, y de sus colegas. Los personajes soñaban con alcanzar su unicornio, pero ninguno de ellos lo consiguió en la ficción, en el transcurso de los escasos dieciséis capítulos.
JOSEP-FRANCESC VALLS. Director de la Cátedra Escenarios de futuro, retail, turismo y servicios de la BSM-UPF.
Reúno a un grupito de emprendedores de la última hornada. Todos ellos han pasado por Y Combinator, de Palo Alto, una de las incubadoras más antiguas y sólidas, que ha engendrado más de 30.000 empresas, aportando unos 200.000 millones de euros al circuito emprendedor. Se encienden los focos del plató. Empieza la grabación.
Simplemente, les pido su visión sobre las características de las start-ups a principios de la década de 2030:
—Está claro que las mejores incubadoras y aceleradoras —nos indica un indio que ha instalado su empresa en Barcelona y hace un año que dejó de ser start-up— siguen siendo aquellas que disponen de los mejores mentores, redes de contactos y talento, formación empresarial y digital, y cercanía al venture capital. La diferencia más clara que contemplo entre las start-up de principios del milenio y las actuales es la rapidez de los procesos emprendedores. En Silicon Valley, pero sobre todo en las incubadoras chinas, se han acortado los tiempos desde la concepción de la idea de negocio hasta el mercado global. Esto ha modificado sustancialmente el ecosistema emprendedor.
—Todos soñamos con convertir nuestros emprendimientos en unicornios en entre tres y cinco años, como indican los manuales —añade una coreana que se ha instalado en California que ha abierto su cuarta ronda de inversión—. Para mí, la gran diferencia entre las viejas start-ups y las nuestras es que aquellas estaban dirigidas por ingenieros y ahora mandamos los marketinianos. Al principio de la era, lo más estratégico eran las tecnologías; quien disponía de los mejores y más locos programadores ganaba la partida. Ahora, eso se halla al alcance de la mayoría. Sin embargo, el conocimiento de los mercados y la capacidad de interpretar a los clientes y gestionar sus expectativas y experiencias resultan la piedra de toque. El concepto originario de start-up tiene más que ver con la logística y la tecnología (activar, arrancar, programar) cuando ahora eso es lo más barato.
Está claro que las mejores incubadoras y aceleradoras siguen siendo aquellas que disponen de los mejores mentores, redes de contactos y talento, formación empresarial y digital, y cercanía al venture capital
—Efectivamente—añade un pequeño emprendedor australiano que se ha quedado en Europa—. La innovación es holística. Sigue siendo el faro que alumbra los mercados digitales. Ahora bien, los retos más importantes no tienen que ver con las herramientas tecnológicas a emplear (los ERP, los CRM, la logística o el transporte), sino sobre todo con las estrategias para el manejo de la plataforma web y las redes sociales, que son las que interactúan con los clientes. Cada vez resulta más difícil alcanzar tasas de conversión superiores al 1%; disponer de las mejores máquinas no asegura nada si los clientes no compran. Más del 90% de los emprendimientos siguen fracasando.
Detenemos un momento la grabación. Unas bebidas. Unos retoques de maquillaje. Un cambio de lugar de uno de los participantes. Un foco redirigido. Arranca de nuevo.
DISRUPCIÓN
—Con su nacimiento, se produjeron dos cambios radicales —interviene una ecuatoriana en Europa—. El primero es el cambio del modelo de negocio, basado en las nuevas tecnologías y en el rediseño de todos los procesos internos y externos; se trata de una disrupción, que abre concepciones de empresa radicalmente distintas a las anteriores. El segundo es la ruptura con la forma tradicional de financiarse a través de la banca convencional; los recursos se buscan directamente entre los inversionistas y no a través de sus intermediarios bancarios.
Los retos más importantes no tienen que ver con las herramientas tecnológicas a emplear (los ERP, los CRM, la logística o el transporte), sino sobre todo con las estrategias para el manejo de la plataforma web y las redes sociales
—Permíteme intervenir para matizar un aspecto de lo que acabas de indicar —corta otra emprendedora, lituana, al frente de una red de 500 emprendedores en los países del Este de Europa—. Tienes razón en lo de la ruptura frente a la dependencia de la banca que ha caracterizado a las empresas desde los orígenes de la revolución industrial hasta mediados del siglo pasado, cuando nacen las primeras start-ups. Pero te habrás dado cuenta de que en esta última década los tentáculos de la banca han penetrado hasta las entrañas de los emprendimientos. Para entendernos, lejos de lo que se pronosticaba hace siete o diez años respecto al proceso de desintermediación del dinero, en consonancia con todos los sectores en la era digital, la banca se ha transfigurado a modo de venture capital y asiste a numerosas start-ups.
—Algo que me llama la atención —introduce una norteamericana enamorada de Estados Unidos que acaba de levantar una ronda de un millón— es que a pesar de que nacieron en mi país y se expanden a mayor ritmo por todo el mundo, los emprendedores fijan su meta en instalar su proyecto en Estados Unidos. Sigue siendo la ventana mundial, el camino hacia los unicornios.
—No tengo tan claro como tú que la mayoría de los emprendedores sueñen con alcanzar su unicornio dorado y viajar a Estados Unidos —habla un chino que ha sido seleccionado entre las mejores propuestas y viaja desde Barcelona a Silicon Valley la semana que viene para recoger un premio y cerrar otra ronda—. En los orígenes del movimiento, a principios del milenio, sí. Ahora, tras el boom de la inteligencia artificial, que se ha convertido en un bluf, la madurez del mercado de los Data y del Internet de las Cosas, los unicornios resultan cada vez más inalcanzables y California ya no es El Dorado.
CRECIMIENTO EXPONENCIAL
—Estos datos se contradicen con la realidad —añade un madrileño, que triunfa en Madrid—. El número de empresas unicornio crece exponencialmente. Entre 2020 y 2030, hemos pasado de las mil a las cuatro mil actuales, expandiéndose, además de en Estados Unidos, sobre todo, en China, la India, Alemania, Gran Bretaña, Corea, Singapur, Malasia y los Países del Este. Otra cosa es que los mil millones de facturación están al alcance de cada vez menos emprendedores. Las fases entre el pre-seed y el seed se han acortado, y sin embargo han aumentado las del early stage y el growth stage, y la mayoría se estanca en la expansion stage.
Tras el boom de la inteligencia artificial, que se ha convertido en un bluf, la madurez del mercado de los Data y del Internet de las Cosas, los unicornios resultan cada vez más inalcanzables y California ya no es El Dorado
—Otro aspecto que considerar —entra en la conversación una alsaciana, la más joven de todos los presentes, con otra ronda millonaria entre las manos— es el cambio radical en la valoración de la start-up. Abusaron mucho hasta 2022 y desde ese momento los pre-money y los post-money ya no son tan atractivos como entonces en cada una de las rondas de inversión; las notas convertibles prácticamente han desaparecido porque ningún inversor se fía y da dinero por adelantado. Desde esta óptica, podríamos afirmar que en esta última década los modelos de negocios de las empresas tradicionales y los de la nueva economía siguen altamente diferenciados; sin embargo, los sistemas de financiación se parecen cada vez más.
Apagamos las cámaras, los focos. Alguien luego editará las respuestas, añadirá unas imágenes filmadas en las más renombradas incubadoras y aceleradoras del mundo, y en unos meses la pieza enlatada se encontrará lista para enviarla a las cadenas. El título, Revival Start-Up, Corea 2020. Búsquelo en su plataforma.