Estimado lector, no cabe ninguna duda, no lo medite más, no le dé más vueltas, hoy en día ser emprendedor mola.
Dr. Marcos Eguiguren. Associate Provost for Strategic Projects de UPF-Barcelona School of Management. Cofundador de SingularNet Consulting.
¿No es usted emprendedor? ¡Pues no sabe usted lo que se pierde! Es casi como ser influencer, feminista o bloguero, o cualquier otro más de los muchos calificativos de moda que, dada mi edad, no tengo todavía incorporados en mi pobre vocabulario. Si no es usted emprendedor, ya no es nada. Además, no lo sabía y lo descubrí al documentarme para este artículo: resulta que hay un montón de tipologías diferentes de emprendedor. Puede usted escoger a la carte: que si ser emprendedor visionario, que si oportunista, que si persuasivo, que si social, que si intraemprendedor, que si… ¿No es fantástico poder tener tantos perfiles de emprendedor a los que acogerse? No le dé miedo, ¡escoja el que más le guste y apúntese al carro! “Yo soy emprendedor oportunista” o “Yo soy emprendedora persuasiva”.
¡Maldito mundo de las etiquetas! Da igual que a lo largo de tu vida profesional hayas creado o cocreado varias empresas en sectores diferentes. Da igual que en los últimos quince años hayas diseñado e impartido programas sobre emprendeduría en universidades de prestigio y hayas mentorizado a jóvenes ingenieros en el desarrollo de sus proyectos empresariales, algunos de ellos, por cierto, hoy en día al frente de exitosos emprendimientos. Si no dominas el nuevo lenguaje y no estás al día sobre el significado de la infinidad de nuevas etiquetas que alguien se ha inventado, aunque el concepto raíz haya existido durante décadas, no eres nada y no sabes casi nada.
Por desgracia, esta tendencia no solo afecta al mundo de la emprendeduría, sino a muchas otras facetas de la vida. Tenemos que estar atentos a novedades que, en muchos casos tienen mucho más de semánticas o de estéticas que de avances centrales en muchas disciplinas. Una forma como otra de perder el tiempo ¡Cosas del mundo postmoderno!
Si no dominas el nuevo lenguaje y no estás al día sobre el significado de la infinidad de nuevas etiquetas que alguien se ha inventado, aunque el concepto raíz haya existido durante décadas, no eres nada y no sabes casi nada
Pero no estoy aquí para quejarme del mundo postmoderno y de cómo este afecta a la forma en que vemos la emprendeduría. Estoy aquí para reflexionar sobre algunas de las características que debe tener un emprendedor, etiquetas aparte, a partir de la observación, la experiencia y la reflexión. Le he preparado algo así como una check list, que podría autoaplicarse para ver si efectivamente tiene usted los mimbres necesarios para considerarse emprendedor.
En primer lugar, ¿le va a usted la incertidumbre casi constante? ¿Tolera, o incluso le atraen, ciertos niveles de riesgo? En segundo lugar, ¿está usted dispuesto a trabajar como si no hubiera un mañana, día y noche si hiciera falta? Siguiendo con nuestra check list, ¿tiene usted capacidad para solucionar problemas complejos y para enfocar esa capacidad en abordar necesidades de terceros? Como cuarta cuestión, ¿tiene usted empatía y –si me permite la broma– esa capacidad para convencer a un esquimal de que le compre una nevera? ¿Tiene usted ese brillo en los ojos que hace que la gente crea en usted? Y, por último, ¿rezuma usted ese liderazgo que le permite hacer equipo con personas muy diversas y afrontar como una piña momentos difíciles? ¿Es usted ese tipo de persona?
Seguro que faltan algunas cosas más en nuestra check list, pero, si me da usted a escoger, me quedaría con estas cinco características como cuestiones centrales que la personalidad de cualquier emprendedor debería reflejar. Por lo menos algunas de ellas en forma suficiente.
Ser emprendedor mola, pero, aunque hay quien opina que todo el mundo puede ser emprendedor con la formación precisa, yo tengo mis dudas
Es verdad que ciertas carencias en alguno de estos cinco pilares pueden suplirse hasta cierto punto con perfiles complementarios en el equipo inicial de la empresa que permitan completarlas. Sin embargo, aunque el equipo es clave, el perfil del emprendedor principal no debería presentar déficits de importancia cuando nos hacemos estas cinco preguntas.
Ser emprendedor mola, pero, aunque hay quien opina que todo el mundo puede ser emprendedor con la formación precisa, yo tengo mis dudas. Las respuestas a esas cinco preguntas son fundamentales, son muy personales y solo las puede verbalizar usted mismo cuando se hace esas preguntas ante el espejo. Ser emprendedor mola, pero, etiquetas y otras chorradas aparte, sea honesto consigo mismo y hágase las preguntas adecuadas antes de dar el paso.