Dos cuestiones metodológicas, señoras y señores, antes de empezar. La primera, ¿les invitamos a ellos a esta sesión? La segunda, cómo nos referimos al tema: ¿sostenibilidad?, ¿ecología?, ¿medio ambiente?, ¿cambio climático? Martes, 28 de enero de 2030, Día Mundial de la Acción Frente al Cambio Climático.
JOSEP-FRANCESC VALLS. Cátedra Retail BSM-UPF
“Permítame tomar posición ante la primera cuestión que plantea”, dice uno de los participantes que actuó como relator del Informe Brundtland de Naciones Unidas. “No podemos invitar a esta sesión de discusión a los negacionistas. ¿Sabe por qué? La razón fundamental es que no pretenden discutir, escuchar y mejorar tras cada intervención; al contrario, en la polémica, desprecian al contrincante, lo ridiculizan, distorsionan el debate; su objetivo es otro. Lo intentamos meses antes de presentar el informe el 4 de agosto de 1987 en Nueva York, pero perdimos el tiempo. En cuanto a la segunda cuestión, le diré que estuvimos discutiendo durante meses el asunto y finalmente nos decidimos por el término desarrollo sustentable; fue la propia presidenta de la comisión del Informe Brundtland, la primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, que da el nombre al documento, quien lo sugirió”.
Nos hemos reunido en el aula magna de la universidad en esta fecha para tratar sobre el desarrollo sustentable. En realidad hubiéramos podido elegir cualquier otro Día Internacional del Medio Ambiente de los que se acumulan a lo largo del año. Además del relator del Informe Brundtland, hemos invitado a expertos y activistas que han intervenido en algunos de los principales hitos en torno al tema de las últimas décadas: una joven becaria que asistió a la publicación del informe del Club de Roma, Los Límites del Crecimiento, en 1972, directora general hoy de la mayor ONG ecologista mundial; a una integrante de la delegación española que asistió a la segunda Cumbre sobre la Tierra de Río de Janeiro en 1992, posteriormente ministra, y a una activista, que se ha manifestado en las cuatro últimas COP, desde la 31, y tiene intención de participar también en la de este año.
La conciencia medioambiental tiene sus primeros destellos en la década de 1970. Hasta entonces y durante un par de décadas, se va dando vueltas al modelo de progreso económico iniciado a raíz de la Primera Revolución Industrial
La conciencia medioambiental tiene sus primeros destellos en la década de 1970. Hasta entonces y durante un par de décadas, se va dando vueltas al modelo de progreso económico iniciado a raíz de la Primera Revolución Industrial, impulsado a partir de los gloriosos años 50 de 1900, que, además de sus beneficios, esconden bajo su manto las vergüenzas de un desarrollo insostenible; los ecologistas de la primera época se convierten en pioneros del desarrollo sostenible ligado a la dimensión ambiental y desatan la conciencia universal con sus primeras acciones.
Destacamos cuatro de los principales hitos que jalonan la evolución de la conciencia medioambiental. El primero ocurre a raíz de la publicación del informe del Club de Roma Los Límites del Crecimiento, de 1972.
Yo era una joven becaria que tuvo la suerte de asistir al acto de presentación del informe del Club de Roma Los Límites del Crecimiento. Me invitó Donella Meadows, biofísica, la autora del texto; era la directora de mi tesis doctoral, luego tuve el honor de ser su ayudante durante varios años.
El documento que redactó era duro: de seguir en la línea actual, en cien años se producirá el colapso medioambiental del planeta como consecuencia del crecimiento de la población mundial, de las actividades agrícolas, de los recursos naturales, de la producción industrial y de la contaminación; de seguir a este ritmo, dice, se sobrepasará la capacidad de carga del planeta y la huella ecológica se resentirá definitivamente.
“Quince años después, el Informe Brundtland de Naciones Unidas toma la iniciativa del Club de Roma, ¿no?”, le pregunto al relator del Informe.
El desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones
“Yo diría que entre el aldabonazo de 1972 y 1987”, responde el relator del Informe Brundtland, “se despierta la conciencia mundial. Probablemente lo mejor que hicimos entonces en Naciones Unidas fue conceptualizar la sostenibilidad y fijar que el desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones, cito textualmente: unimos el medio ambiente a lo económico y a lo social. Ante esta realidad, llamamos a la movilización de los individuos, de las organizaciones, de las empresas, de los institutos y universidades y de los gobiernos para integrar en las políticas medioambientales los recursos de alimentación, vivienda, energía, industria, salud, formación, transporte y la organización de las ciudades”.
“Llegamos a Río de Janeiro [1992], ministra”.
“Celebrábamos la segunda Cumbre de la Tierra”, responde la antigua ministra, “y para España fue el gran acontecimiento. Nunca una reunión internacional había integrado una delegación tan nutrida. La Cumbre de Río significó la explosión mundial. Todos los organismos multilaterales se pusieron las pilas. Es verdad que se palpaba el liderazgo europeo, pero el mundo despertó definitivamente a la conciencia ambiental. Luego vendría París, en 2015, cuando se alcanza el acuerdo histórico para combatir el cambio climático y acelerar las inversiones que impidan que la temperatura del planeta supere 1,5 grados”.
“Yo no estuve ni en Río ni en París”, añade la activista. “Mi experiencia de las últimas COP es de un blablablá. Los expertos se explayan. Los representantes de los gobiernos leen sus largos discursos. Cada vez veo más directivos y lobistas de las empresas energéticas y gasísticas internacionales entre los participantes. ¿Recuerdan la COP-28 de Dubai en 2023? ¡Una Cumbre del Clima que se celebra en un país petrolífero por excelencia! Se retrasó la declaración final. Suspense hasta el último momento. ¿Para qué? Para parir la fórmula sibilina del comunicado final: transitioning away, transición hacia el abandono de los combustibles fósiles, compensado por triplicar las renovables y duplicar la eficiencia energética. ¿Qué quiere decir eso?, ¿que subimos o bajamos? Ahora releo los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible adoptados en 2015.
No veo voluntad decidida de implantar un nuevo estilo de vida de carácter ético basado en la cultura, en la igualdad de oportunidades, en el trabajo equitativo, en la calidad de vida
Se trata de buenos deseos, exquisita literatura y ansias de mejora en nombre de la humanidad. Pero, en realidad, al ritmo al que avanzamos, más de lo mismo: no veo voluntad decidida de implantar un nuevo estilo de vida de carácter ético basado en la cultura, en la igualdad de oportunidades, en el trabajo equitativo, en la calidad de vida”.
Al alimón intervienen el relator del Informe Brundtland de Naciones Unidas, la directiva de la ONG medioambiental y la exministra:
“Tiene razón”, le replican los tres al activista, “que todo avanza despacio, muy despacio. Pero tenga en cuenta que lo que los humanos hemos creado en doscientos y pico años de progreso basado en la sobreproducción, el despilfarro y la contaminación no se puede cambiar en dos décadas”.
“En dos décadas, no, pero cada día que avanza sin medidas drásticas es seguir parados”.
Feliz Día Mundial de la Acción Frente al Cambio Climático a todas y a todos