“Por primera vez en 45 años de democracia, las pymes tendrán voz propia en el Estado español”. El 2024 ya es un año histórico para la patronal de la pequeña y mediana empresa del país. Por primera vez, Pimec y Conpymes formarán parte del diálogo social del país. Un hito que se produce en un momento dulce para la patronal catalana de la pequeña y mediana empresa; ha logrado su máximo histórico de ingresos y de asociados y este año celebra el 50.º cumpleaños. Su presidente, Antoni Cañete, tiene motivos para estar satisfecho, pero no deja de lado los numerosos retos y dificultades que afrontan día tras día las pymes del país. La productividad, la complejidad normativa, la transición energética y la digitalización se posan a la primera fila de los desafíos que, según Pimec, viven las pymes. Hablamos con Cañete sobre la actualidad económica del país, los retos de las pymes y su representatividad en las instituciones.
«Ahora tenemos menos oferta financiera que el 2008, y es un hecho negativo porque la financiación es el oxígeno de las pymes»
Las pymes españolas generaron 180.000 puestos de trabajo durante el primer trimestre del 2024. ¿Estos datos hacen mostrar cierto optimismo en el ecosistema pyme del país por este año?
Las pymes, una vez más, demuestran su capacidad de resistencia y adaptación. Pese al estancamiento económico europeo del 2023, hemos conseguido mantener la actividad y sostener nuestro estado del bienestar. Pero no nos engañemos: la incertidumbre persiste y el crecimiento de este año se dispara entre sectores y ramas de actividad. Por eso, insistimos en la necesidad de impulsar medidas concretas de apoyo a las pymes, sin ignorar este motor económico que genera aproximadamente el 70% de la ocupación.
Reclamamos una fiscalidad adaptada a la realidad de las micro, pequeñas y medianas empresas. Hablamos también de la aceleración y la buena ejecución de los fondos europeos, de una verdadera simplificación administrativa y de medidas específicas para los sectores más afectados, como el agroalimentario o la industria. Estas acciones no son caprichos, son inversiones en la competitividad y el futuro de nuestro tejido empresarial. Si queremos un progreso social y económico real tenemos que apostar decididamente por las pymes.
Un informe de Randstad publicado a principios de año sostenía que este 2024 las pymes crecerían la mitad que el año pasado. ¿Son previsiones demasiado pesimistas teniendo en cuenta los datos de los primeros meses del 2024?
Estas previsiones reflejan una realidad compleja que muestra una combinación de factores que hay que tener en cuenta. No las calificaría de pesimistas, sino de realistas ante un escenario económico multifacético. En primer lugar, tenemos que entender que los crecimientos relativos no indican necesariamente un retroceso, sino una moderación en el ritmo de expansión. Que las pymes crezcan la mitad que el año pasado no quiere decir que estén en declive, sino que su crecimiento se está consolidando a un ritmo más pausado.
Hay que considerar también el contexto europeo de debilidad económica, que, inevitablemente, afecta la expansión de la economía catalana. Somos parte de un ecosistema económico interconexionado y no podemos aislarnos de las tendencias continentales.
Que las pymes crezcan la mitad que el año pasado no quiere decir que estén en declive, sino que su crecimiento se está consolidando a un ritmo más pausado
A pesar de que el PIB catalán crece a buen ritmo, no estamos en una fase de expansión, sino más bien de consolidación. Esto se refleja en un panorama económico heterogéneo, en que algunos sectores experimentan más dinamismo, mientras que otros muestran un crecimiento más moderado.
Tampoco podemos ignorar una tendencia global cada vez más evidente: las grandes empresas están acaparando una porción creciente de los beneficios, mientras que el resto del tejido empresarial, especialmente las pymes, experimentan un crecimiento más limitado. Esta polarización es un fenómeno que tenemos que vigilar de cerca.
También a principios de año Pimec lamentaba el anuncio de incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) por parte del Gobierno español. Teniendo en cuenta los datos del primer trimestre, ¿consideran que el incremento del SMI ha damnificado la competitividad de las pymes?
En Pimec creemos en la importancia de un salario justo, pero también en la necesidad de mantener la viabilidad empresarial. Por este motivo defendemos una negociación colectiva efectiva entre trabajadores y empresarios, en que se conciertan las cuestiones salariales. De hecho, en la mayoría de los convenios, los salarios ya están por encima del SMI.
Lo que necesitamos son políticas que impulsen la productividad y la competitividad de nuestras empresas. Solo así podremos garantizar puestos de trabajo de calidad y sueldos dignos de manera sostenible. No se trata de elegir entre salarios altos o empresas competitivas. Se trata de crear las condiciones para que nuestras pymes puedan crecer, innovar y, como consecuencia, ofrecer mejores condiciones laborales. Esto es lo que realmente beneficiará tanto los trabajadores como la economía en general.
Por primera vez en 45 años de democracia, las pymes tendremos voz propia en el diálogo social español
Pimec y Conpymes han entrado recientemente a formar parte del diálogo social al ocupar dos de las dos vocalías del Consejo Estatal de la Pyme a escala estatal. ¿Cómo valora la decisión?
Esta decisión es histórica y pone fin a una anomalía democrática que ha durado demasiado tiempo. Por primera vez en 45 años de democracia, las pymes tendremos voz propia al diálogo social español. Es un paso adelante en la representatividad real del tejido empresarial de nuestro país.
Pensemos: las pymes representan el 99,8% de las empresas en España y generan casi el 70% de la ocupación. Era una aberración que no tuvieran representación directa en las decisiones que las afectan. Esta situación ya se había corregido en Cataluña y en Europa, y ahora, por fin, se corrige a escala estatal.
También Pimec consiguió una plaza en la Comisión Nacional de Convenios Colectivos en el mes de febrero. ¿Qué incidencia creen que generará que Pimec tenga voz propia en estos organismos?
Antes hablábamos de ocupar los espacios y, ahora que ya los ocupamos, hablamos de liderarlos. La presencia de las pymes en el diálogo social español asegurará que las necesidades de las empresas de menor dimensión se tengan en cuenta. Cuestiones fundamentales para la economía y el buen funcionamiento del país como –por ejemplo– la productividad, el absentismo, la fiscalidad, la compra pública, la burocracia administrativa, la transición energética, la sostenibilidad, la formación, la innovación o la digitalización.
Hace unas semanas aseguraba que las pymes españolas son más pequeñas que la media europea por su exclusión del diálogo social. ¿Con la entrada al Consejo Estatal de la Pyme podría cambiar la tendencia?
Efectivamente, la realidad es tozuda: las pymes españolas tienen una dimensión mediana de 4,4 trabajadores, por debajo de los 5,9 de media en la UE. Esta diferencia no es anecdótica, tiene un impacto directo en la productividad y la competitividad de nuestro tejido empresarial. La entrada de las pymes al diálogo social es un punto de inflexión. Ahora podremos incidir directamente en las políticas que afectan el crecimiento empresarial. Por ejemplo, podremos abordar la fiscalidad progresiva que penaliza el crecimiento, o la complejidad normativa que desincentiva la expansión.
Nuestro objetivo está claro: queremos que las microempresas se conviertan en pequeñas; las pequeñas, en medianas; y las medianas, en grandes. Para conseguirlo, necesitamos políticas que favorezcan la inversión, la innovación y la internacionalización.
Urge poner fin a la baja productividad de las empresas
Desde Pimec reivindican su “activismo empresarial” para llevar las pymes al “puente de mando”. Coincidiendo con el 50.º cumpleaños de la patronal, ¿cree que Pimec vive el mejor momento de su historia?
Sin duda, estamos en un momento histórico para Pimec y para las pymes en general. Estamos consiguiendo que la Unión Europea legisle bajo la premisa de “pensar primero en los más pequeños”, como se ha demostrado con la aprobación de la SME Relief Package y con el Reglamento contra la Morosidad y, ahora, la entrada al diálogo social español.
Estamos en un buen momento, sí, pero lo mejor está por llegar. Cuando nuestras reclamaciones se traduzcan en políticas concretas, cuando las pymes españolas crezcan en dimensión y competitividad, entonces podremos decir que vivimos el mejor momento de nuestra historia.
La patronal catalana cerró el 2023 con unos ingresos próximos a los 23 millones de euros, 146.000 socios y 325 asociaciones sectoriales. ¿La entidad continúa teniendo previsiones de crecimiento a corto y medio plazo?
Las cifras son un reflejo claro de la fuerza y la representatividad de Pimec. Pero no nos conformamos. Nuestro objetivo es continuar creciendo, no por vanidad institucional, sino porque cada nuevo socio, cada nueva asociación sectorial, significa más fuerza para defender los intereses de las pymes.
Prevemos un crecimiento sostenido a corto y medio plazo; porque las empresas catalanas cada vez son más conscientes de que el asociacionismo es clave para afrontar los retos actuales. La complejidad normativa, la transición energética, la digitalización… son desafíos que requieren una voz unida y potente.
Teniendo en cuenta el contexto económico y político, la complejidad de la emergencia climática y el auge de las tecnologías innovadoras, ¿cuáles cree que son los principales retos que afrontan las pymes catalanas y españolas estos próximos años?
En los próximos años urge poner fin a la baja productividad de las empresas, puesto que nos situamos a la cola de Europa y es un elemento que afecta especialmente la competitividad y la viabilidad de las pymes.
Además, hay que afrontar los problemas endémicos de nuestro sistema como son la elevada presión fiscal a la cual están sometidas las empresas o el gran volumen de burocracia administrativa. Entre otras cuestiones, también hace falta más apoyo por parte de las Administraciones a la hora de impulsar la digitalización, la innovación, la sostenibilidad y la transición energética del tejido productivo. Desde Pimec, insistimos en la necesidad de una estrategia integral que aborde estos retos de manera coordinada entre el sector público y el privado.
El BBVA tiene que proporcionar información clara sobre cómo piensa mantener y mejorar el servicio a las pymes y a los particulares
Pimec también alerta de la amenaza que supone la concentración bancaria para la financiación de las pymes. ¿Cree que la opa hostil del BBVA al Banco Sabadell todavía se puede parar?
La situación es preocupante y las cifras hablan por sí solas. Nuestro estudio demuestra que esta fusión podría reducir la disponibilidad de crédito en un 8%, que se traduce en una disminución de 54.393 millones de euros en préstamos. Esto no es una simple estadística, es un golpe directo a la línea de flotación de las pymes y las familias.
La historia nos ha enseñado lecciones importantes. El 2008 ya advertimos sobre la necesidad de un sistema financiero fuerte y diverso. La concentración bancaria puede parecer atractiva desde un punto de vista de rentabilidad a corto plazo, pero a largo plazo puede ser perjudicial para la economía real.
En cuanto a si se puede parar la opa, es difícil de predecir. Lo que sí podemos y debemos hacer es exigir transparencia y compromiso. El BBVA tiene que proporcionar información clara sobre cómo piensa mantener y mejorar el servicio a las pymes y a los particulares.
Pedimos a las entidades y a los organismos reguladores que actúen velando por los intereses de los accionistas, pero también cuidando la responsabilidad social, que implica priorizar a las personas, las empresas, sobre todo las pymes, y otras partes interesadas.
La Confederación Española de Sociedades de Garantía (SGR-Cesgar) ha alertado de que cada vez son más las pymes que necesitan financiación. ¿Las pymes se encuentran cada vez en una situación más compleja?
Ahora tenemos menos oferta financiera que el 2008, y es un hecho negativo porque la financiación es el oxígeno de las pymes, que sufren un encarecimiento de sus costes empresariales por la reducción de la oferta bancaria, con peores precios y servicios financieros, una menor remuneración de los depósitos y un encarecimiento de las comisiones.
Ahora tenemos menos oferta financiera que la que teníamos en 2008, y es un hecho negativo porque la financiación es el oxígeno de las pymes
En un contexto de emergencia climática, el debate público presenta una dicotomía entre crecimiento económico y sostenibilidad. ¿El crecimiento económico es compatible con la descarbonización y el adelanto hacia un modelo sostenible?
Es compatible y las diferentes administraciones tienen que velar para que así sea. De hecho, el autoconsumo y la descarbonización son pilares fundamentales para el crecimiento económico. Las empresas están haciendo su trabajo, adaptándose a las diferentes normativas, a los requisitos de esta nueva era en que la sostenibilidad es clave, y a las exigencias de sus clientes.
¿Se anima a pronosticar cómo serán los últimos meses del año para las pymes? ¿Los beneficios continuarán contrayéndose como el 2023?
Hacer pronósticos en el entorno económico actual es complejo, pero desde Pimec siempre apostamos por un análisis realista. La incertidumbre económica global, la presión inflacionaria y los tipos de interés elevados continúan siendo factores de preocupación. Sin embargo, estamos observando una recuperación gradual del consumo en algunos sectores, especialmente en servicios y turismo. Además, la aceleración en la ejecución de los fondos europeos podría dar un impulso necesario a muchas pymes. Teniendo en cuenta estos factores, es probable que en términos generales veamos una estabilización de los beneficios.