Marianne Leonie Petrus Thyssen es la comisaria belga de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral. Jurista, vinculada casi toda su vida a la Unión Europea, fue eurodiputada de 1991 a 2014. Ahora está centrada en la dura tarea de reducir el alto nivel de paro en el club de los Veintiocho y fomentar la movilidad laboral entre los ciudadanos.
Texto: Esther Herrera. Bruselas
Fotos: Comisión Europea
La tasa de desempleo en la Eurozona es todavía muy alta, aun así hay muchas disparidades entre los estados miembros. ¿Cómo se pueden reducir estos números después de más de siete años de recesión?
Es verdad que el paro sigue siendo alto, pero los niveles de empleo comienzan a mejorar. Me preocupa especialmente el paro juvenil y el de larga duración; este es uno de los grandes retos actuales. Sin embargo, debemos seguir esforzándonos en materia de creación de puestos de trabajo, porque los beneficios del crecimiento y la búsqueda de nuevas oportunidades se han de notar en toda Europa.
Por ello, a nivel europeo hemos lanzado varias iniciativas para actuar contra esta situación como, por ejemplo, la creación del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (EFSIS), que busca financiar proyectos en la economía real y promover así la creación de empleo de calidad.
También hemos emprendido medidas para reducir el paro juvenil. Actualmente, estamos negociando con los estados miembros para que aceleren la implementación de la Garantía Juvenil, iniciativa nacida hace tres años que está ayudando a abrir las puertas a miles de jóvenes europeos. Esta Garantía asegura que los jóvenes menores de 25 años puedan obtener una oferta de trabajo en los cuatro meses posteriores de estar en paro o de haber terminado sus estudios superiores. Además, hemos creado un nuevo instrumento financiero de 6.400 millones de euros para ayudar a las regiones con una tasa de paro juvenil superior al 25%. Con estas y otras iniciativas y con la ayuda de los estados miembros y representantes del sector, conservo la esperanza de que estos esfuerzos tengan su efecto.
La crisis económica y el paro han afectado especialmente a los jóvenes trabajadores. En España y en Grecia el 50% de los jóvenes no tiene un trabajo, y para muchos, la única solución ha sido emigrar. ¿Estamos ante una fuga de cerebros?
Es verdad que la crisis ha afectado especialmente a Grecia y a España, exponiendo -pero también haciendo más profundas- las deficiencias estructurales. Sin embargo, en cuanto a la movilidad laboral, se debe encontrar el equilibrio. La Comisión intenta facilitar la movilidad laboral y al mismo tiempo trata de evitar la fuga de cerebros. Pero la movilidad también puede ser parte de la solución para acabar con las disparidades existentes entre los estados. Por ejemplo, muchos jóvenes europeos que marchan sólo trabajan temporalmente en el extranjero. A menudo, cuando regresan a su país de origen, aportan aptitudes y formación como son los idiomas. Sin embargo, es verdad que algunos países sufren un riesgo de fuga de cerebros y falta de profesionales en algunos sectores, como el de la salud. Es por ello que es indispensable crear más oportunidades para los jóvenes.
“El 40% de las empresas no encuentran trabajadores con la formación necesaria para crecer e innovar”
¿Diría que la disparidad entre la formación de los estudiantes y las necesidades del mercado laboral es uno de los problemas más graves?
El 40% de las empresas alertan que no encuentran trabajadores con la formación necesaria para crecer e innovar. Asimismo hay jóvenes altamente cualificados que ejercen tareas claramente por debajo de su talento y sus aspiraciones. Por esta razón lanzamos recientemente la Agenda de nuevas cualificaciones y empleos. Queremos trabajar más con el sector laboral y los estados miembros para fomentar la orientación sobre la formación y las necesidades del mercado laboral.
Precisamente con esta nueva Agenda aspiran a que el 75% de las personas con edad de trabajar tenga un empleo antes de 2020. ¿Qué falta por hacer todavía?
En 2015, el 70% de las personas en edad de trabajar tenía un empleo en la UE. El mercado de trabajo está mejorando cada vez más en Europa, gracias a las reformas que se han emprendido hasta ahora. Es hoy en día cuando estamos empezando a ver crecer las cifras de empleo: el último año hubo dos millones de personas menos en paro. Pero a pesar de este progreso, esto se debe acelerar. No podemos perder la oportunidad de fortalecer nuestras economías ante posibles choques financieros. Por ejemplo, recomendamos a los estados miembros que mejoren las redes de seguridad nacional para colectivos vulnerables e inviertan más en capital humano. Precisamente, el Fondo Europeo Social ha destinado a estas acciones 80.000 millones de euros para el periodo 2014-2020.
Según datos de la Comisión Europea ya empieza a haber un impacto positivo de la llegada de refugiados en la economía de los países miembros. ¿Cómo puede actuar Europa ante esta tarea tan importante de integración?
La integración es competencia de los estados miembros, pero la migración es, por definición, un fenómeno transfronterizo y, por tanto, la UE tiene un importante rol a la hora de apoyar a los estados miembros en esta cuestión. Por ejemplo, tenemos el Plan de acción para la integración que da apoyo financiero a los países, y también apoyamos sectores específicos como la educación, la búsqueda de trabajo, la formación profesional o el acceso a los servicios básicos. Ahora bien, nos preocupa especialmente la integración de las mujeres, sobre todo en el mercado laboral, así como la de los niños y los menores no acompañados, porque son colectivos muy vulnerables. Y como uno de nuestros objetivos consiste en atraer a recién llegados, recientemente la Comisión Europea lanzó la Tarjeta Azul, una nueva directiva dirigida a personas de terceros países altamente cualificados para que vengan a trabajar a la UE.
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