En entornos cada vez más cambiantes y dinámicos como a los que nos enfrentamos actualmente, la tarea del directivo ha ido evolucionando. No podemos desarrollar estrategias empresariales en el siglo XXI con organizaciones y estilos de dirección del siglo XX.
JAUME LLOPIS. Profesor de Estrategia de IESE Business School.
Hay poca literatura científica sobre lo que debe hacer un alto directivo. Y es que tanto se puede ser un excelente directivo con un estilo de dirección como con otro totalmente opuesto.
En el IESE hemos hecho una investigación con más de 250 directivos para conocer cuáles son sus prioridades, cómo dirigen, y cómo distribuyen su tiempo y su agenda .Y hemos identificado tres características comunes de los buenos directivos, y una cuarta que funciona como un paraguas que las engloba.
1. Futuro: el directivo debe tener una visión de futuro, comunicarla adecuadamente y comprometer a toda la organización hacia esta dirección. Todos quieren saber hacia dónde va la economía, el sector, los canales de distribución, los hábitos de consumo. Las empresas con mucho éxito son capaces de crear el futuro, como Apple o Zara. El buen directivo decide en qué negocios quiere estar y en qué otros no, adaptándose continuamente al entorno, innovando y conociendo las necesidades futuras de sus clientes. Emprender, renovar, desarrollar competencias son características que forman parte de su estilo de dirección.
2. Adecuar constantemente el modelo de negocio: el directivo debe asegurar que la empresa desarrolla el modelo de negocio adecuado para adaptarse continuamente a las necesidades futuras de sus clientes. Así, su estrategia pasa por la búsqueda constante de la diferenciación y el enfoque en el posicionamiento en el mercado, en la calidad, en la innovación y en la internacionalización. Una estrategia que ha de comunicar a todos los niveles, pues si no es bien comunicada, aceptada, y cuenta con el compromiso de toda la organización no tendrá una buena implantación.
3. Personas: todos los buenos directivos dedican el 30/40% de su tiempo a identificar el talento, contratarlo, motivarlo e incentivarlo, ideando planes de carrera. Conocer, desarrollar y potenciar a las personas forma parte de su estilo de dirección. Porque dirigir organizaciones es dirigir personas, teniendo en cuenta que son el centro de toda actividad humana.
4. Estrategia institucional: o cuando, en lugar de una planificación estratégica detallada, se trazan las grandes líneas de lo que se pretende hacer: propósito de la empresa, objetivos institucionales, reglas de funcionamiento, y valores y cultura a compartir por todos los miembros de la organización.