A punto de cumplirse un año de su nombramiento, repasamos con el presidente de Renfe cómo han sido estos primeros meses en el cargo y analizamos los desafíos que esperan a la compañía pública a corto, medio y largo plazo, como la renovación del parque de trenes, la liberalización del transporte de pasajeros, la inauguración de la línea Medina-La Meca de Arabia Saudí o la recuperación del peso del ferrocarril en el transporte de mercancías, entre otros.
EMMA BOUISSET
Su llegada a los mandos de Renfe se produjo tan solo una semana después de la adjudicación a Talgo de un pedido de 15 trenes AVE, con opción a 15 más que, finalmente, se confirmó a finales del pasado mes de mayo. ¿Diría que con esta operación se cumple uno de los retos iniciados por la anterior presidencia, a saber, renovar la flota de alta velocidad, o debemos esperar nuevas incorporaciones?
Renfe tiene que estar en renovación permanente. Estamos analizando las necesidades del parque de Renfe en toda su dimensión, no solo en Alta Velocidad, en función de su edad media y de los análisis del Ministerio de Fomento sobre el conjunto de la red ferroviaria. Nuestra idea es contar con el mejor material posible para dar un servicio ferroviario con la máxima calidad posible.
“Tenemos un gran ferrocarril, pero estoy convencido de que podemos tener el mejor ferrocarril.”
Otro de los desafíos que conlleva su cargo tiene carácter internacional: llevar el AVE a La Meca. ¿Está todo preparado para que, a partir de diciembre, opere la primera línea de alta velocidad en el desierto, la línea Medina-La Meca de Arabia Saudí?
La próxima fase es de servicios de prueba, es decir, no de operación propiamente dicha. Mi implicación es máxima porque es un proyecto muy importante para la compañía y para nuestro país. La impresión que tengo es positiva, se está haciendo muy buen trabajo para que el proyecto esté listo en los plazos previstos. La finalización con éxito de este proyecto nos abrirá, sin duda, las puertas a nuevas actuaciones en el plano internacional.
¿Diría que el transporte ferroviario de pasajeros vive un momento dulce? En julio de este año superaron los tres millones de viajeros en trenes AVE y Larga Distancia, lo que, si no me equivoco, significa su récord de pasajeros en un mes de julio. Pero ¿todavía hay margen para crecer?
La evolución de los últimos años es elocuente. El crecimiento del ferrocarril está permitiendo a miles de ciudadanos moverse por el país con más comodidad y tiempos de viaje muy competitivos. El incremento registrado en todos los servicios de alta velocidad de Renfe en 2016 fue del 5,3% tras superar los 35 millones de viajeros. Desde luego, creemos que hay margen para seguir creciendo. Nuestra idea es que los ciudadanos perciban cada vez más todas la ventajas que ofrece el ferrocarril y que se suban cada vez más al tren. Estoy convencido de que va a suceder.
(Sobre Renfe Mercancías): «Tenemos que conseguir que el transporte de mercancías por ferrocarril sea una alternativa, ya no necesaria, sino imprescindible.”
¿Le tiembla el pulso cuando piensa en cómo debe preparar a la compañía para la liberalización del transporte de pasajeros en 2020?
En absoluto. Las bases de la liberalización del sector marcan una pauta de competitividad y servicio que hemos trasladado a toda la empresa. Además, Renfe ya sabe lo que es competir, lo hacemos con otros modos. Estamos impulsando un esfuerzo de gestión que se dirige a mejorar la calidad de nuestros productos, la eficiencia de todos nuestros procesos y la rentabilidad de nuestros servicios comerciales. Es una agenda que coincide con una sociedad más abierta y conectada que nunca, con cambios acelerados y nuevas exigencias. Todo ello nos debe motivar en lugar de generar incertidumbre, ya que Renfe acumula un conocimiento y una experiencia extraordinarios.
Mantener el beneficio conquistado por primera vez en 2015 –en buena medida debido a ingresos extraordinarios– figura entre los objetivos de su presidencia. De momento, parece que van por buen camino, ya que en junio presentaban unos resultados positivos de 14,91 millones de euros para los cinco primeros meses del año. ¿Cuáles diría que han sido los factores clave para conseguirlo?
El aumento del uso del nuestros servicios, de viajeros y de mercancías, el incremento en los ingresos por tráfico, la reducción de los gastos y la mejora del resultado financiero. La mejora se debe, en definitiva, porque damos un servicio cada vez más competitivo.
Por otro lado, hace más de dos años que comunicaron la decisión de abrir Renfe Mercancías al capital privado. ¿Podemos poner nombre ya al nuevo socio? ¿Qué puede avanzarnos al respecto?
Estamos acometiendo una transformación para situar Renfe Mercancías en el lugar que se merece a través de un plan de gestión que tiene una fase de saneamiento y otra de posibles alianzas. La necesidad de acometer un plan de saneamiento de Renfe Mercancías era muy evidente. El riesgo de descapitalización de la Sociedad hacía necesario un plan urgente que hiciera frente al desequilibrio estructural de la cuenta de resultados de la empresa. Tenemos que conseguir que el transporte de mercancías por ferrocarril sea una alternativa, ya no necesaria, sino imprescindible. Los resultados del primer semestre indican que existen indicios de que la recuperación se está produciendo. Se ha modificado la tendencia de pérdida de la actividad comercial, que de ser negativa en los últimos ejercicios ha pasado a crecer un 3%.
Tras paralizar su política de contrataciones con el inicio de la crisis, en 2015 activaron de nuevo los procesos de selección de personal ofertando 150 plazas ese año y 522 en 2016. Hábleme de su ambicioso plan para rejuvenecer la media de edad de la plantilla (54 años) en tan solo cinco años. ¿En qué punto se encuentra?
El pasado mes de septiembre se lanzó la mayor oferta de empleo público desde la constitución de Renfe como empresa operadora el 1 de enero de 2005. Están previstas 675 contrataciones fijas al cierre del año, en un proceso de selección de consolidación de empleo temporal y tasa de reposición. La mayor parte de los ingresos se producirán en las categorías operativas, aunque también están reservadas plazas para cuadros técnicos y personal de estructura.
Durante su etapa en la Administración madrileña usted trabajó estrechamente con Juan Bravo, el nuevo presidente de Adif. ¿Cree que con sus nombramientos ambas compañías públicas podrán limar, por fin, sus históricas asperezas?
Lo que yo le puedo decir es que mantengo una magnífica relación, no solo personal sino profesional, con el presidente de Adif para abordar todas las cuestiones comunes o de cooperación entre Renfe y Adif. La gestión de servicios ferroviarios tiene sus dificultades, como cualquier sector de peso, pero trabajamos con un espíritu de cooperación y buenas relaciones con el único objetivo de ofrecer un servicio mejor a los usuarios del tren en todo el país.
(Sobre Renfe y Adif): “La gestión de servicios ferroviarios tiene sus dificultades, como cualquier sector de peso, pero trabajamos con un espíritu de cooperación y buenas relaciones con el único objetivo de ofrecer un servicio mejor a los usuarios del tren en todo el país.”
Para terminar: pronto cumplirá un año en el cargo. Personalmente, ¿qué cree que ha aportado usted a la compañía durante este período?
Espero haber aportado ilusión, compromiso y confianza. Esta es una gran empresa, con una capacidad enorme en todos los ámbitos, empezando por los propios profesionales que la forman. Tenemos un gran ferrocarril, pero estoy convencido de que podemos tener el mejor ferrocarril. Los ferroviarios ya han demostrado su capacidad para poner en marcha con éxito nuevos proyectos, y por lo tanto no hay que tener miedo al cambio o al futuro, sino todo lo contrario, observarlo como oportunidad. Estoy convencido de que el futuro de Renfe pasa por dar un servicio excelente en todos los ámbitos donde debemos estar y que todos los equipos que formamos la compañía vamos a seguir trabajando en la misma dirección.