Las principales conclusiones del último External Sector Report 2017, publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), señalan que los desequilibrios en los saldos de cuenta corriente representaron alrededor de un tercio del total de desequilibrios mundiales en 2016. Un dato que ha permanecido prácticamente sin cambios desde 2013, aunque cada vez se concentra más en las economías avanzadas.
La caída de los precios de las materias primas, las recuperaciones cíclicas desiguales en economías sistémicas y las diferencias en las respuestas políticas serían tres de las claves para entender esta tendencia que, en opinión de los expertos del FMI, no está exenta de riesgos. En efecto, el informe alerta de que “si bien esta rotación de los desequilibrios hacia las economías avanzadas podrían implicar menores riesgos de financiación externa a corto plazo, una mayor concentración de déficits excesivos en las economías deudoras avanzadas puede engendrar sentimientos proteccionistas y aumentar el riesgo de correcciones disruptivas en el futuro”.
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