Si bien la mayoría de las grandes compañías de los países desarrollados ya han incorporado la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en sus estrategias, esta todavía no es un elemento básico para muchas empresas chinas (y debería serlo). Lanzado en 2017, el Índice de RSC para Empresas Cotizadas en China es el primero que las clasifica en función de los esfuerzos en RSC que realizan y del impacto que estos consiguen. El índice ayuda a las empresas a mejorar sus prácticas de RSC. Y también es una herramienta importante para los inversores, que necesitan información tanto financiera como no financiera cuando analizan y evalúan compañías cotizadas.
OLIVER RUI. Catedrático de Finanzas y Contabilidad de CEIBS.
El índice está basado en los datos que aportan los informes anuales y digitales de RSC publicados por las compañías de acciones de categoría A que cotizan en las bolsas de Shanghai y Shenzhen. Algunos de los hallazgos observados al compilar el informe incluyen:
- Solo una cuarta parte de todas las compañías de acciones de categoría A hicieron públicos sus informes de RSC en 2016 y la industria con el nivel más alto de divulgación fue el sector financiero.
- Las áreas en las que la mayoría de las empresas podrían implantar mejoras son las de Calidad e innovación de los productos, Diversidad y Brecha filantrópica de China.
También se observan algunas tendencias positivas en las prácticas generales de RSC. En 2006, por ejemplo, tan solo 19 compañías chinas con cotización en bolsa publicaron un informe anual de RSC; 10 años más tarde, en 2016, el número había aumentado hasta las 792. Y la cantidad de información contenida en los informes también es cada vez es mayor: si bien la mayoría de documentos no superan las 10 páginas, la proporción de informes de más de 20 páginas ha ido en aumento gradualmente.
Dar a conocer a las empresas que son líderes en buenas prácticas de RSC puede motivar a más empresarios y empresas a hacer lo mismo. Las buenas prácticas de RSC son esenciales para una buena gobernanza. Revelar esta información es bueno para la imagen de una empresa tanto de cara a sus inversores como a sus clientes, y sirve para mejorar la asignación de recursos y el bienestar social en toda China. Pero, en última instancia, son las propias empresas chinas quienes tienen más que ganar con ello.