Permítanme comenzar distinguiendo dos conceptos que se confunden a menudo: competitividad y productividad.
JAVIER NIETO AVELLANED. Decano del Colegio de Economistas de Aragón.
El primer concepto engloba al segundo y puede entenderse llanamente como la capacidad de competir con los demás. La productividad, por su parte, se entiende como la ratio entre valor añadido generado y recursos utilizados para ello, o como “la relación entre los recursos que se emplean en la producción y el nivel de output obtenido como resultado” (Vicente Salas, Dossier Políticas Industriales para la Competitividad de España del Consejo General de Economistas de España). Pensemos en que, al hablar de competitividad, hablamos de un concepto transversal y muy amplio y, al referirnos a productividad, lo hacemos en términos de costes de producción.
Es un hecho que nuestra economía padece serios problemas de competitividad con respecto a su entorno. Así, según el Informe de Competitividad 2018 del World Economic Forum, España ocupa la 23ª posición, por debajo de la media de los países de la Eurozona y de la OCDE, y muy por debajo de la que deberíamos tener atendiendo al peso y tamaño de nuestra economía. La productividad, la formación de capital humano, la innovación y la tecnología se convierten en las palancas indispensables para mejorar nuestra competitividad, nuestra capacidad de competir en los mercados con cualesquiera otros oferentes de bienes o servicios. Además, dichas palancas provocan innumerables efectos colaterales positivos, eliminando del mercado a las empresas menos eficientes y logrando avances indiscutibles en precios, calidades y prestaciones que benefician directamente a los consumidores aumentando el bienestar social.
Es indispensable que nuestra economía avance en la consecución de dichas palancas para ir creando un ecosistema de excelencia en el entorno empresarial que ayude a las empresas a incrementar su productividad para lograr mejoras competitivas relevantes. En ello tenemos todos (nivel político, nivel administrativo, empresas, profesionales, trabajadores y consumidores) mucho que aportar.