Definida desde su fundaciĆ³n como libre y laica, la Universidad de Bolonia es la universidad en activo mĆ”s antigua del mundo. Basta con echar un vistazo a su lista de antiguos alumnos ilustres para captar su importancia: desde Dante Alighieri hasta CopĆ©rnico, desde Erasmo de Rotterdam hasta Albert Durero.
JORDI SOLĆ CUATRECASES. Director general de Planeta FormaciĆ³n y Universidades (Francia y Marruecos) en el Grupo Planeta.
ĀæDE DONDE VENIMOS?
Definida desde su fundaciĆ³n como libre y laica, la Universidad de Bolonia es la universidad en activo mĆ”s antigua del mundo. Basta con echar un vistazo a su lista de antiguos alumnos ilustres para captar su importancia: desde Dante Alighieri hasta CopĆ©rnico, desde Erasmo de Rotterdam hasta Albert Durero. No es sorprendente, pues, que la celebraciĆ³n de su 900 aniversario reuniera casi 400 rectores de universidades europeas para firmar la Carta Magna de las Universidades Europeas. La Carta sirviĆ³ de impulso definitivo a una serie de contactos entre diferentes paĆses europeos, que culminaron en 1999 con la firma de la DeclaraciĆ³n de Bolonia, que apostaba por la creaciĆ³n de un Espacio Europeo de EducaciĆ³n Superior (EEES).
Desde los 29 originales, el nĆŗmero de paĆses firmantes ha ido creciendo a lo largo de los aƱos hasta sumar 48 actualmente (sĆ, a mĆ tambiĆ©n me sorprende que en Europa haya mĆ”s de 48 paĆses). Paso a paso, la visiĆ³n de la DeclaraciĆ³n se ha ido concretando progresivamente, hasta transformar completamente el panorama universitario de Europa.
Es pertinente, pues, la denominaciĆ³n habitual de Ā«Proceso de BoloniaĀ», ya que la convergencia de los sistemas de enseƱanza superior del continente (Bolonia es un proyecto europeo en el sentido mĆ”s amplio, y no exclusivamente de la UniĆ³n Europea) se ha ido haciendo progresivamente y, en muchos aspectos, todavĆa estĆ” en plena construcciĆ³n.
Desde los 29 originales, el nĆŗmero de paĆses firmantes ha ido creciendo a lo largo de los aƱos hasta sumar 48 actualmente, transformando completamente el panorama universitario de Europa
ĀæDONDE ESTAMOS?
Veinte aƱos despuĆ©s de la declaraciĆ³n, se puede afirmar que el Espacio Europeo de EducaciĆ³n Superior es una realidad y que sus objetivos bĆ”sicos (homogeneidad estructural, legibilidad de la oferta y fomento de la movilidad) se han cumplido en buena medida.
Ahora bien, el proceso estĆ” lejos de haber terminado, y en algunos Ć”mbitos queda aĆŗn mucho camino por recorrer. Vayamos por partes:
- Estructura del sistema. Con carĆ”cter general, la adaptaciĆ³n de los sistemas de enseƱanza superior de los paĆses firmantes a la estructura en tres ciclos (grado, postgrado y doctorado) fue rĆ”pida y eficiente. Dicho esto, no todos los paĆses tomaron las mismas decisiones a la hora de transformar su sistema, en especial en relaciĆ³n a la duraciĆ³n de cada uno de los ciclos. El modelo mayoritario ha sido el de grados de tres aƱos y mĆ”steres de dos, pero hay una lista de paĆses (entre ellos, EspaƱa) que apostaron por priorizar un modelo de cuatro aƱos para los grados y uno para los mĆ”steres.
- Legibilidad de la oferta. Los paĆses firmantes han adaptado mayoritariamente sus ofertas al sistema europeo de crĆ©ditos (ECTS). AdemĆ”s, el uso generalizado del Suplemento Europeo al TĆtulo (documento complementario con informaciĆ³n sobre su encaje en el sistema comĆŗn europeo) ha facilitado notablemente la comprensiĆ³n de la titulaciĆ³n de los alumnos. Los avances en los marcos comunes de calificaciones y de aseguramiento de la calidad han permitido tambiĆ©n avanzar hacia la integraciĆ³n de los sistemas de evaluaciĆ³n de los alumnos y las titulaciones. A pesar de ello, sigue habiendo numerosas particularidades locales y hay pasos adicionales que es necesario realizar en tĆ©rminos de transparencia. La combinaciĆ³n de estos factores, junto con la progresiva complejidad de la oferta, dificulta todavĆa los sueƱos de reconocimiento automĆ”tico de titulaciones, que forma parte esencial de la culminaciĆ³n del proceso de Bolonia.
- Movilidad e internacionalizaciĆ³n. El sueƱo de Bolonia es que un 20% de los alumnos universitarios europeos tengan una experiencia internacional, ya sea a partir de un reconocimiento de crĆ©ditos o cursando una titulaciĆ³n completa en un tercer paĆs. No se puede discutir que el proceso de homogeneizaciĆ³n europea ha sido un catalizador muy importante de la movilidad internacional. De todos modos, la cifra media apenas alcanza el 9,5% y hay escasamente diez paĆses que superan el 15%. Hay, ademĆ”s, muy poca movilidad para cursar estudios completos (apenas un 2% de los alumnos en paĆses grandes como Alemania, Francia o EspaƱa) y un desequilibrio importante entre los paĆses emisores y los paĆses receptores de alumno.
ĀæA DĆNDE VAMOS?
Poco mĆ”s de veinte aƱos despuĆ©s de la DeclaraciĆ³n, se puede afirmar que el proceso de Bolonia ha sido un Ć©xito sin demasiada comparaciĆ³n en otros Ć”mbitos. Hay todavĆa, como hemos visto, trabajo por hacer, pero el sueƱo de una enseƱanza superior integrada en Europa (y no solo en la UniĆ³n Europea) estĆ” indiscutiblemente mĆ”s cerca.
Ahora bien, el mundo ha cambiado mucho desde 1999. La digitalizaciĆ³n, la globalizaciĆ³n, la evoluciĆ³n de las dinĆ”micas geopolĆticas, el asentamiento de la conciencia social y ambiental, la emergencia de nuevas disciplinas y un largo etcĆ©tera estĆ”n presentes en el debate europeo en sentido amplio y lo deben estar tambiĆ©n en el sistema de enseƱanza superior.
En los aƱos a venir, mĆ”s allĆ” de perseguir los objetivos originales, los Ć³rganos de conducciĆ³n del Proceso de Bolonia (esencialmente el Bologna Follow-up Group y los encuentros ministeriales que se hacen cada par de aƱos) deberĆ”n continuar adaptando los objetivos y los indicadores de Ć©xito a esta realidad cambiante. HabrĆ” que hacerlo, ademĆ”s, garantizando la continuidad del consenso colectivo que estĆ” en la base del Ć©xito de estos Ćŗltimos aƱos.
Las bases estƔn, pero el Proceso de Bolonia estƔ lejos de haber llegado al final.
El sueƱo de una enseƱanza superior integrada en Europa estĆ” cada dĆa mĆ”s cerca, pero el mundo ha cambiado y retos como la digitalizaciĆ³n, la globalizaciĆ³n, la conciencia social y ambiental o la emergencia de nuevas disciplinas deben estar presentes