La vida de una empresa se inicia con una idea del fundador (embrión), fruto de la creatividad, inquietud o simplemente de la necesidad de generar riqueza para sobrevivir.
CARMEN PÉREZ-POZO TOLEDANO. CEO del Grupo PÉREZ-POZO
Las personas atrevidas desarrollan una idea, y entonces las llamamos emprendedoras; porque comienzan una aventura innovadora, aprovechan las oportunidades que les brindan sus fortalezas y aportan una nueva forma de hacer que cubre nuevas necesidades. Como pasa en la adolescencia humana, en este período se hacen muchas locuras. Se transgrede, se inventa, se cometen errores porque no hacemos caso a los mayores… pero da igual. Porque buscamos nuestro sitio en la vida o en el tejido empresarial; nos sentimos únicas y extraordinarias.
Las personas que consiguen mantener la startup y obtener beneficios de ella, pueden empezar a cobrar un sueldo. Este período lo podemos asimilar a la juventud humana, cuando se tiene mucha energía, pero se pierde cierta soberbia inocente de la adolescencia (por aquello de que la ignorancia es muy atrevida). En esta etapa, los emprendedores ya se han formado e informado, y empiezan a madurar como persona y como empresa. Se dan cuenta de que queda mucho por aprender y que los cambios se producen muy rápido. Y, a pesar de ello, siguen desarrollando el proyecto con consistencia.
¿POR QUÉ LA FASE EMPRESA SE DISTORSIONA LA FASE HUMANA?
Cuando entramos en la fase empresa, el paralelismo con la vida humana se distorsiona. ¿Por qué?
Porque cuando la persona empresaria pone en el centro de su existencia a la empresa y no a las personas, a su familia, a sus empleados o colaboradores, se produce una disfunción que tiene como consecuencia la siguiente realidad:
El 99,8% del tejido empresarial de España son pequeñas y medianas empresas (pymes). Sin embargo, estas empresas solo generan el 66% del empleo y el 62% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por otro lado, el 0,2% de las grandes empresas (con más de 250 trabajadores) generan el 44% del empleo y acumulan el 49% del PIB del país.
A ningún accionista o directivo de una gran empresa se le ocurrirá hipotecar su casa para financiar la empresa, cosa que sí se hace en las pymes, sean empresas familiares o no
La primera razón, aunque parezca simplista, la encontramos en que las grandes empresas se preocupan única y exclusivamente de ganar dinero. Aquellos proyectos o productos que no son rentables, los abandonan. Las grandes empresas planifican sus inversiones, sus estrategias y alianzas, sin importarles si su familia trabajará en la empresa, o no. Y si lo hace, la familia formará parte de la plantilla con las mismas responsabilidades y derechos que el resto de los trabajadores.
Con este planteamiento, puede parecer que entro en contradicción; porque las grandes empresas priorizan el éxito del negocio. Pues no, porque para que la empresa sea rentable, el equipo humano ha de estar atendido y formado. Y, sobre todo, es necesario separar las finanzas de la empresa de las personales del empresario. A ningún accionista o directivo de una gran empresa se le ocurrirá hipotecar su casa para financiar la empresa, cosa que sí se hace en las pymes, sean empresas familiares o no. Y ello puede conllevar la ruina de la empresa y de la familia.
Mientras que los accionistas de una gran empresa podrán traspasar sus acciones como parte de su patrimonio, sin necesidad de que sus herederos hayan de intervenir como desarrolladores de la empresa, en las pymes esto no suele suceder. El traspaso de las acciones suele ir vinculada a la necesidad de implicarse en la empresa para asegurar la continuidad del proyecto empresarial. Esto provoca que la mayoría de las pymes no superen la tercera generación.
¿CÓMO EVITAR LA MUERTE DE LAS PYMES DE UNA GENERACIÓN A OTRA?
Para evitarlo debe entrar la madurez, tanto humana como empresarial. Un signo de madurez es anticiparse a los acontecimientos con serenidad y explorar varias vías de actuación.
Cuando gestionamos el patrimonio de nuestros clientes, a través del servicio Family office para empresarios y ejecutivos, consideramos la empresa familiar como parte de la estructura patrimonial de la familia; Para nosotros es un activo más en rentabilidad.
Cuando gestionamos el patrimonio de nuestros clientes, a través del servicio Family office para empresarios y ejecutivos, consideramos la empresa familiar como parte de la estructura patrimonial de la familia; Para nosotros es un activo más en rentabilidad
PLANIFICACIÓN, DIVERSIFICACIÓN Y TRANQUILIDAD: LAS TRES PATAS PARA QUE LAS PYMES GENEREN BIENESTAR
La base de nuestro método de trabajo se centra en dos fases: la planificación y la diversificación.
Planificación: Se planifican los objetivos vitales. El dinero es un medio, no un fin, y en función de los objetivos propios y los familiares, realizamos la hoja de ruta familiar. Una hoja de ruta económica, fiscal, sucesoria y legal para que el patrimonio familiar dote de bienestar a sus integrantes de generación en generación. El objetivo es que la herencia sea un regalo, y no un castigo. En nuestro método de trabajo, consensuar el traspaso generacional forma parte del proceso.
Diversificación: Diversificar la empresa forma parte del patrimonio y su misión siempre es generar riqueza, no convertirse en un pariente dependiente que quita tranquilidad económica y emocional.
La seguridad absoluta no la puede garantizar nada ni nadie, pero sí podemos mitigar los efectos adversos de una mala decisión impulsando los efectos enriquecedores de muchas buenas decisiones.
Por eso nos centramos en obtener ingresos de diferentes fuentes de forma inmediata (en menos de un año) a lo que llamamos liquidez, con poco riesgo y disponibles fácilmente.
Las inversiones más arriesgadas (con un retorno de uno a cinco años) las denominamos rentabilidad. En este apartado se encuentra la empresa, las inversiones en bolsa, en fondos, en crypto, etc.
En los 35 años de experiencia desde la fundación del Bufete Pérez-Pozo hemos detectado la necesidad y hemos buscado soluciones, creando un método propio de gestión patrimonial
Y, por último, aquellas inversiones que nos dan tranquilidad económica a largo plazo y con pocas fluctuaciones, la denominamos seguridad. Aquí encontramos los activos inmobiliarios, los planes de pensiones, etc.
El porcentaje destinado a cada inversión también se ha de adaptar en función de la edad, de las aspiraciones y de la estructura y necesidades de la familia.
¡Qué bueno sería que cada uno de nosotros pudiésemos actuar con anticipación, analizar los datos de manera objetiva, separando las emociones de la razón, y tener toda la información legal, fiscal, económica y financiera para cada caso, enfocado a nuestro bienestar y el de nuestra familia!
Ufff -Muy complicado… -Imposible saber de todo… – No hay tiempo…
En los 35 años de experiencia desde la fundación del Bufete Pérez-Pozo hemos detectado la necesidad y hemos buscado soluciones, creando un método propio de gestión patrimonial (Método Circular Pérez-Pozo) y una plataforma (www.OBJETTIVA.com) donde se aglutina la evolución de los ahorros de las familias y las empresas y sus rendimientos, para poder tomar decisiones a tiempo con la razón y no con la emoción.