Jordi Guix, a la cabeza del Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya desde 2013, nos habla de energías renovables, robótica, el Pacto Nacional para la Industria y la Agencia de Calificación Profesional de la Ingeniería.
Texto: Neus Duran Fotos: Cedidas
¿Qué balance hace de este año y medio como decano? ¿A qué retos se enfrenta el Col·legi?
Entre los puntos más destacables, trabajar por la unión de todos los ingenieros, sea cual sea su especialidad y nivel, en una sola entidad como las que existen en Europa. Y también queremos poner mucho más en valor todo lo que la ingeniería aporta a la sociedad; porque a sus ojos, los ingenieros somos invisibles. La sociedad se relaciona con la ingeniería mediante sus productos o servicios, sin estar en contacto directo con los ingenieros que ponen cada día la tecnología a su servicio.
“La robótica presenta nuevas oportunidades laborales, más seguridad y un incremento de la productividad”
¿Los ingenieros industriales catalanes tienen un alto valor competitivo? ¿Qué puntos fuertes tenemos?
Cuando hablamos con empresas multinacionales catalanas que contratan ingenieros de diferentes países, siempre nos dicen que prefieren contratar a un ingeniero catalán, ya que la mayoría tiene una base de conocimiento tan amplia que les permite adaptarse y asumir mucho mejor cualquier cambio tecnológico. Nuestro punto fuerte es, por tanto, esta base sólida de conocimientos transversales, que se adquieren con los estudios de Ingeniería en Cataluña. Los ingenieros catalanes somos muy competitivos en cualquier parte, pero quizás nos falta creérnoslo, saberlo explicar y hacer mucha más difusión.
Hablando de difusión… Desde el Col·legi se fomentan proyectos de networking en países como China…
Efectivamente. A raíz de un artículo publicado en nuestra revista de un ingeniero que trabajaba en China, se creó un grupo de trabajo formado por ingenieros interesados en este país o que ya trabajaban allí. Crearon un boletín de información y ha surgido la figura del ingeniero corresponsal en China, así como dos delegaciones en Hong Kong y Shangai, como referencia para los ingenieros de aquellas áreas. Nos planteamos hacer lo mismo en diferentes países y con otros colegios de ingenieros.
Y en Cataluña, ¿qué solución ve en la desindustrialización? ¿Qué se puede hacer desde el Colegio para revertir este proceso?
Estamos verdaderamente preocupados y, a la vez, tenemos una gran oportunidad. Participamos muy activamente con los sindicatos, organizaciones patronales y universidades en el Pacto para la Industria en Cataluña. Quisiéramos una política industrial catalana que fuera más allá de la legislatura, conseguir un Pacto Nacional para la Industria. Por ello, trabajamos para transformar el Pacto para la Industria en un think tank permanente donde las entidades participantes puedan promover debates permanentes sobre la industria en Cataluña para lograr un consenso sobre una política industrial que dé mejor seguridad jurídica a las empresas y garantice mejor la cantidad y calidad de los puestos de trabajo. Los cambios tan acelerados de la tecnología y la globalización de la información ofrecen grandes oportunidades para un país tan competitivo como el nuestro. Tenemos grandes activos, pero nos falta saber sumar y ser mucho más eficientes en un marco regulador que dé visión de un futuro inmediato y garantice jurídicamente que las inversiones en nuestro país tienen recorrido.
Uno de estos activos son las energías renovables. ¿Qué valoración hace de la política energética y, en concreto, de la eólica?
Mostramos nuestra preocupación por el riesgo de que se paralicen las energías renovables, en concreto la eólica y la fotovoltaica. Seguimos esperando una política energética de futuro clara y decidida, en la que las renovables deben tener una contribución importante en la mejora de la competitividad de empresa y un ahorro en los costes de todos los usuarios. Deseamos que las administraciones realicen una regulación de las energías renovables que permita su aplicación en los campos de la eficiencia energética, el autoconsumo y la generación distribuida, por lo que las renovables aportarán un valor añadido al progreso de la sociedad y contribuirán a que la I+D+i del campo energético, y su aplicación en proyectos concretos, genere actividad económica. El mix energético es importante.
“Trabajamos para transformar el Pacto para la Industria en un think tank permanente (…) para lograr un consenso sobre una política industrial que dé mejor seguridad jurídica a las empresas y garantice mejor la cantidad y calidad de los puestos de trabajo.»
En cuanto a la robótica, ¿en qué ámbitos ve posibles aplicaciones? Usted ha trabajado en el campo de la salud, ¿se prevé mucha innovación en este y otros sectores?
Creemos tanto que tenemos un Grupo de Trabajo dedicado a la robótica. La robótica es el presente y el futuro; presenta nuevas oportunidades laborales, más seguridad y un incremento de la productividad. Es parte de la eficiencia productiva y los nuevos trabajadores de las manufacturas deberán estar más capacitados con un mayor nivel de conocimiento técnico para diseñar, integrar, operar y dar mantenimiento. Estamos viviendo momentos muy interesantes en el traspaso de la robótica desde el ámbito industrial hacia el mundo de los servicios. En salud, retail y turismo empezamos a ver soluciones robotizadas.
¿Qué opina del despliegue de la Agencia de Calificación Profesional de la Ingeniería?
La agencia de ámbito estatal, que actualmente agrupa 14 colegios profesionales con 50.000 ingenieros, ofrece a los profesionales la posibilidad de obtener un certificado profesional basado en su formación y experiencia. Hay un primer nivel de implantación con éxito, un segundo nivel es el de la estandarización, y un tercero es la red de empresas asociadas a nuestras instituciones y que seguramente será la mejor base para implementar todo. Yo diría que no hay mucha conciencia de lo que nos vendrá en pocos años. La confusión con la gran cantidad de titulaciones y másteres será muy grande. Nosotros nos hemos adelantado. Lo que ahora estamos iniciando, dentro de poco será totalmente necesario, como ya ocurre en otros países. Además, hay que decir que Bolonia, en lugar de facilitar todo, lo ha complicado mucho; por ello la Agencia será de capital importancia en muy poco tiempo.
«Seguimos esperando una política energética de futuro clara y decidida, en la que las renovables deben tener una contribución importante en la mejora de la competitividad de empresa y un ahorro en los costes de todos los usuarios.»