La tensa relación entre Rusia y Ucrania y la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en París han puesto la energía en el foco del escenario europeo. Miguel Arias Cañete, dos veces ministro español de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, así como veterano eurodiputado (1986-1999), es ahora el responsable de la política energética y acción por el clima de la Unión Europea. Desde que ocupara su cargo el pasado noviembre, dice que “ha recorrido medio mundo en visitas de trabajo” pues tiene una agenda marcada por un ritmo trepidante. Hablamos con él.
Texto: Beatriz Manrique. Bruselas
Fotos: Comisión Europea
“En el corto y medio plazo Rusia continuará siendo uno de nuestros principales proveedores [energéticos] casi con toda probabilidad.”
Apenas fue nombrado comisario, tuvo que lidiar con socios como Rusia, que provee alrededor del 30% del gas europeo. La Unión quiere reducir esta dependencia. ¿Qué está haciendo para asegurar otras opciones de suministro?
Las opciones para reducir la dependencia de proveedores únicos como Rusia son numerosas. La más inmediata es la diversificación de la oferta. Para ello es necesario diversificar tanto las fuentes de energía como las rutas y los proveedores. He viajado a países como Argelia o Noruega para redoblar la cooperación con ellos.
Asimismo, la construcción de infraestructuras energéticas, como el gaseoducto Southern Gas Corridor [Corredor Meridional de Gas], nos ayudarán a aumentar nuestra independencia energética. La eficiencia energética también puede jugar a nuestro favor de manera decisiva. Al fin y al cabo, no hay energía más barata y más segura que la que no consumimos.
Entonces, ¿es viable que Rusia deje de ser un socio energético clave para los Veintiocho?
No podemos esperar un cambio dramático e instantáneo en la configuración de los flujos energéticos en Europa. En el corto y medio plazo Rusia continuará siendo uno de nuestros principales proveedores casi con toda probabilidad.
Ha lanzado la Unión de la Energía, una iniciativa ambiciosa que impulsará nuevas interconexiones entre estados miembros. ¿Qué beneficios tendrá?
Evitará crisis de suministro como las ocurridas en los últimos años. Aumentará la solidaridad entre los estados miembros a través de plataformas de cooperación regional. Un ejemplo es la interconexión eléctrica entre Francia y España. En febrero conseguimos duplicar la capacidad de intercambio eléctrico entre los dos países con la construcción de la línea de Muy Alta Tensión por los Pirineos orientales. La interconexión de gas MIDCAT es también un proyecto esencial para la diversificación de rutas de abastecimiento en Europa. En el ámbito de la electricidad, continuaremos trabajando para alcanzar el mínimo de 10% de interconexión eléctrica en 2020. Estamos financiando estudios de viabilidad del cable submarino España-Francia por el Golfo de Vizcaya y la identificación de nuevos proyectos por los Pirineos centrales.
La Unión se ha marcado como objetivo que un 20% de la energía que consuma provenga de las renovables. Sin embargo, el sector se queja de incertidumbre (especialmente en España). ¿Cómo está apostando la UE por estas fuentes?
El presidente de la Comisión ha dejado claro que Europa debe ser el número uno en renovables. Comparto plenamente esta ambición y estoy trabajando para hacerla una realidad. No sólo estamos en el buen camino para lograr el 20% en 2020, sino que ya hemos establecido un objetivo de al menos el 27% para 2030. A mediados de mi legislatura presentaré un ambicioso paquete de renovables que dé coherencia a nuestra acción, y que permita un desarrollo armonioso y progresivo de las renovables en toda la Unión Europea. Este esfuerzo requerirá también inversión en innovación.
“El marco europeo de energía nuclear es el más avanzado del mundo, también en términos de seguridad. Dicho esto, los estados miembros son libres de decidir su mix energético y cualquier opción es legítima.”
Alemania quiere más renovables, pero, también, eliminar la energía nuclear para 2020 tras la polémica de Fukushima. ¿Cómo está mejorando la UE la seguridad de las centrales?
La catástrofe de Fukushima supuso una llamada de atención sobre la seguridad de las centrales nucleares. La Unión Europea llevó a cabo test de estrés entre 2011 y 2012 que pasó con nota. Las conclusiones de estas pruebas cristalizaron en la revisión de la Directiva de Seguridad Nuclear de 2009 para reforzar el poder y la independencia de las autoridades reguladoras nacionales, estar en mejor posición para prevenir accidentes, evitar emisiones radiactivas, y elevar el grado de transparencia e implicación de la población en asuntos de seguridad nuclear. La UE ha reforzado significativamente su liderazgo mundial en el ámbito de la seguridad nuclear.
¿Considera entonces la energía nuclear una opción segura?
El marco europeo de energía nuclear es el más avanzado del mundo, también en términos de seguridad. Dicho esto, los estados miembros son libres de decidir su mix energético y cualquier opción es legítima.
La Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Francia está a la vuelta de la esquina. La UE ha prometido bajar un 40% las emisiones para 2030. ¿Es optimista respecto a lograr un compromiso global?
París será un momento clave para definir unos objetivos a nivel global. La Unión Europea ha sido muy ambiciosa en sus objetivos y nuestros socios internacionales deben intentar ser igual de ambiciosos y asumir su parte de responsabilidad. El cambio climático es un problema que nos afecta a todos, no tiene sentido actuar por separado.
Es el momento de que las nuevas potencias emergentes se sumen. Los países del G20, como China, que desempeñan un papel fundamental en la economía global, deben reflejar su relevancia también en el terreno del cambio climático. Además, la UE está dispuesta a prestar su ayuda a los países menos desarrollados para que se sumen al acuerdo. París tiene que ser un éxito, y la UE ya está haciendo todo lo posible para que así sea.
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