Los Estados miembros se han marcado como objetivo que el 20% de la energía consumida provenga de las renovables para 2020. Esto pudiera hacer pensar que las inversiones en el sector serán una apuesta segura, sin embargo, la industria europea aún no está aprovechando todo su potencial.
Texto: Beatriz Manrique. Bruselas
Según un estudio publicado por el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), junto con la consultora Bloomberg New Energy Finance (BNEF), la inversión mundial en energías limpias aumentó un 17% en 2014, tras dos años de descensos y pese a la caída del precio del petróleo crudo.
Países emergentes como China están apostando claramente por esta expansión, especialmente en lo que a instalaciones solares y a energía eólica marina se refiere. El informe, titulado Tendencias globales en la inversión de energías renovables 2015, destaca que el país asiático “fue, con diferencia, el mayor inversor en renovables en 2014, con 83.300 millones de dólares invertidos”, es decir, un 39% más que en 2013. En los países en desarrollo, la rápida extensión de las renovables se tradujo en un incremento del 36%. Tras China, Brasil, India y Sudáfrica también se han hecho un hueco en el top 10 de los mejores países inversores en renovables.
Las inversiones en renovables no se han traducido en un retorno de capitales. Al contrario, los ingresos obtenidos de vuelta han bajado cuatro puntos porcentuales en Europa entre 2001 y 2013, debido a la retirada de muchos subsidios ante unas arcas públicas más menguadas
En el lado contrario, las inversiones en Europa avanzan a un ritmo lento, por debajo del 1% y llegando a los 57.500 millones de dólares. Michael Liebreich, presidente de la Junta Asesora de Bloomberg New Energy Finance, explica que aunque “Europa ha sido pionera en el campo de las energías limpias”, hay una “preocupante” pérdida de confianza de los inversionistas, y lo atribuye al “aumento de la incertidumbre que rodea las políticas gubernamentales de apoyo a las renovables”. Pese a que no menciona a España, sí habla de que “el sur de Europa sigue siendo casi una zona prohibida para los inversionistas debido a los cambios retroactivos de política”.
Baja rentabilidad y menor demanda
Las causas del letargo europeo en renovables en comparación con los países emergentes son explicadas por un estudio del Foro Económico Mundial –El futuro de la electricidad-, que apunta por ejemplo a la baja rentabilidad. Los ingresos obtenidos de vuelta han bajado cuatro puntos porcentuales en Europa entre 2001 y 2013, debido a la retirada de muchos subsidios ante unas arcas públicas más menguadas.
El informe alega también que ha habido una menor demanda y una sobrecapacidad: “En los últimos cinco años en la UE, se han añadido al sistema 130 GW de capacidad procedente de las renovables y 78 GW de generación convencional, mientras que se han retirado sólo 44 GW de generación convencional.”
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