ĀæQuĆ© tienen en comĆŗn el vicepresidente de la ComisiĆ³n Europea, Jyrki Katainen, la comisaria de Comercio, Cecilia Malmstrƶm, y el comisario de InvestigaciĆ³n e InnovaciĆ³n, Carlos Moedas? No sĆ³lo que los tres han acabado trabajando bajo la batuta del presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker. Los tres han tenido tambiĆ©n una experiencia similar que une a miles de estudiantes al aƱo desde 1987: el Programa Erasmus.
Texto: Esther Herrera
Insignia de la integraciĆ³n europea, el Programa Erasmus permite que miles de estudiantes de universidades, formaciĆ³n profesional y docentes puedan viajar a otro centro educativo para complementar su educaciĆ³n. La estancia varĆa entre un semestre o todo un curso en el que los estudiantes reciben una beca procedente del presupuesto europeo y complementada con una ayuda del estado miembro del solicitante. Por ahora, forman parte 33 paĆses: los 28 estados miembros de la UE, mĆ”s Noruega, Liechtenstein, Islandia, Suiza y TurquĆa.
Cambio de rumbo
El objetivo es que puedan ampliar su experiencia vital y profesional. Ā«Es una experiencia ĆŗnicaĀ», reconoce Dani, un periodista que se marchĆ³ a BerlĆn hace nueve aƱos. Recuerda su estancia en la capital alemana como una de las mejores etapas de su vida. Ahora es corresponsal en Bruselas y considera que su estancia Erasmus fue Ā«determinanteĀ». Ā«Fue allĆ donde tuve un primer contacto con la polĆtica europea, gracias a una asignatura que me enseĆ±Ć³ muchas cosas que despuĆ©s he podido poner en prĆ”ctica en mi trabajo como periodistaĀ», explica.
Una experiencia similar explica Runa, una noruega que hizo el Erasmus en EspaƱa hace 20 aƱos. EstudiĆ³ el Ćŗltimo aƱo de Derecho en Bilbao y allĆ tuvo contacto con asignaturas de Comercio Internacional y Estudios Europeos. Ahora trabaja para los servicios jurĆdicos de la AsociaciĆ³n Europea de Libre Comercio (EFTA, en inglĆ©s) en Bruselas. Considera que su experiencia fue importante, no sĆ³lo a nivel personal, sino tambiĆ©n porque gracias a sus estudios enfocĆ³ su futuro.
Nacido hace 29 aƱos, e impulsado por la entonces Comunidad EconĆ³mica Europea, en los Ćŗltimos seis aƱos, mĆ”s de cuatro millones de estudiantes europeos (conocidos como la GeneraciĆ³n Erasmus) han disfrutado del programa. Cada curso, se ha batido un nuevo rĆ©cord.
Todo en uno
El Programa ha ido mutando con el paso del tiempo, pero mantiene una buena forma fĆsica. Nacido hace 29 aƱos, e impulsado por la entonces Comunidad EconĆ³mica Europea, en los Ćŗltimos seis aƱos, mĆ”s de cuatro millones de estudiantes europeos (conocidos como la GeneraciĆ³n Erasmus) han disfrutado del programa. Cada curso, se ha batido un nuevo rĆ©cord.
Hace poco mĆ”s de un aƱo, se aplicĆ³ el nuevo programa, llamado Erasmus+. A diferencia de las anteriores versiones, no se hace distinciĆ³n entre alumnos universitarios, de formaciĆ³n profesional, o aquellos que quieren hacer prĆ”cticas. Ahora todo se integra en un mismo programa, con el objetivo de que todos tengan las mismas oportunidades y no haya diferencias entre las ayudas. Para los siete aƱos entrantes, la UE destinarĆ” 14.700 millones de euros, un aumento del 40% respecto al programa anterior. Bruselas se muestra orgullosa de que el Programa Erasmus sea uno de los grandes logros de la construcciĆ³n europea y una herramienta Ā«vitalĀ» en la creaciĆ³n de empleo. SegĆŗn las estadĆsticas comunitarias, el paro juvenil de larga duraciĆ³n (mĆ”s de cinco aƱos despuĆ©s de la graduaciĆ³n) se reduce en un 23% para los estudiantes Erasmus. Y nadie niega la ampliaciĆ³n de horizontes personales de la experiencia en sĆ: nuevas amistades y cambios personales. Hace unos 12 meses, el Ejecutivo comunitario anunciaba orgulloso que mĆ”s de un millĆ³n de niƱos en Europa han nacido gracias a la uniĆ³n de parejas que se conocieron durante su estancia Erasmus.
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